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Dario Menor
Roma
Miércoles, 21 de octubre 2020, 21:59
Lombardía, Campania y ahora también el Lacio. Las tres regiones italianas más pobladas decretaron el toque de queda nocturno para tratar de frenar los contagios del coronavirus, una medida que podría extenderse en los próximos días a todo el territorio nacional si no se produce ... un cambio de tendencia en la curva de infecciones, según los medios locales.
El país siguió batiendo este miércoles sus propias marcas al superar los 15.000 nuevos casos, con una cifra también récord de casi 178.000 pruebas realizadas. Se registraron además 127 fallecidos mientras siguió aumentando la presión sobre el sistema sanitario con 56 pacientes adicionales en las UCIs de los hospitales, donde hay ya ingresadas 926 personas afectadas por la covid-19. Son diez veces más que a finales de junio, cuando la pandemia tocó fondo en Italia.
Después de que Lombardía anunciara que prohibirá la circulación entre las 23 y las 5 horas desde este jueves y que Campania se sumara a esta medida a partir de mañana, el Lacio decretó ayer que el toque de queda comenzará igualmente mañana, aunque con un horario algo más reducido: de 24 a las 5 horas.
Las autoridades de la región donde está ubicada Roma decidieron además que la educación secundaria se realizará en un 50% a distancia, mientras que el porcentaje subirá hasta el 75% en las universidades. En principio los colegios de infantil y de primaria podrán mantener la didáctica presencial.
El Lacio pretende de esta manera reducir las masificaciones en los transportes públicos y evitar el riesgo de que se conviertan en focos de contagio, el mismo motivo que llevó a la región norteña de Piamonte a imponer las clases a distancia al 50%. También cerró los centros comerciales los fines de semana, como hizo Lombardía. Las restricciones llegan igualmente a nivel local, como en Génova, donde se han puesto limitaciones a la circulación por la noche en algunas zonas de la ciudad.
El primer ministro, Giuseppe Conte, es reacio a aplicar un toque de queda en todo el país, aunque tanto la marcha de la pandemia como las decisiones de las principales regiones del país parecen empujarle en ese sentido. Este miércoles compareció en el Senado para explicar las medidas aprobadas el pasado domingo con el último decreto gubernativo, que parecen ya insuficientes, e insistió en que hay que evitar «cierres generalizados» porque el país está en una situación diferente respecto a la primera ola en primavera. Subrayó además que hay que hacer todo lo posible para mantener las clases presenciales.
En Irlanda las autoridades han sido algo más contundentes y, desde hoy, el país comienza un segundo confinamiento para frenar el avance del coronavirus. Todos los comercios no esenciales permanecerán cerrados durante seis semanas y bares y restaurantes solo podrán servir comida para llevar. Los ciudadanos deberán permanecer en sus casas –bajo amenaza de multas de hasta 1.000 euros–, y únicamente podrán desplazarse para ir al trabajo o para hacer deporte a un radio de cinco kilómetros de sus domicilios.
El primer ministro Micheal Martin aseguró que «si batallamos juntos en las próximas seis semanas, tendremos la posibilidad de celebrar correctamente las Navidades». La pandemia del coronavirus ha causado al menos 1.865 muertos en el país, según las cifras oficiales, y actualmente registra una decena de víctimas mortales al día.
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