Mateo Renzi. AFP

El hombre que podía hacer fracasar las fiestas

Matteo Renzi obliga a Conte a buscar nuevos apoyos en el Senado italiano para mantener el Gobierno

Dario Menor

Roma

Domingo, 17 de enero 2021, 00:20

No solo quería participar en las fiestas, quería tener el poder de hacerlas fracasar». Esta frase de Jep Gambardella, el inolvidable protagonista de 'La gran belleza', la cinta de Paolo Sorrentino premiada con el Oscar a mejor película extranjera en 2014, bien podría aplicársele a ... Matteo Renzi. El que fuera 'niño prodigio' de la política italiana y primer ministro entre 2014 y 2016 ha provocado esta semana una grave crisis gubernamental al retirar del Ejecutivo a las ministras de su partido, Italia Viva. Esta formación centrista, nacida en 2019 de una escisión del Partido Democrático (PD, centroizquierda), cuenta con un mísero 2,4% en intención de voto, según los último sondeos, pero ha colocado a Italia de nuevo al borde de la inestabilidad.

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La dificultad para aceptar esa pequeñez por parte de Renzi, un tipo ambicioso y que fue uno de los muñidores del pacto entre el PD y el Movimiento 5 Estrellas (M5E) que sostiene al Gobierno de Giuseppe Conte, explica en parte su comportamiento estos días. El líder de Italia Viva, de 46 años, necesita recordarles a sus compatriotas que sigue activo políticamente y que, como Jep Gambardella, tiene la capacidad de organizar las fiestas (léase el Ejecutivo de Conte) y de hacerlas fracasar a su antojo, como ha hecho esta semana.

Aunque no le falte razón en algunas de sus críticas al Gobierno, como los errores cometidos en el primer borrador del programa de inversiones del Fondo de Recuperación Europeo, del que no se responsabilizan ni el M5E ni el PD, Renzi se ha equivocado al consumar la ruptura en medio de la emergencia sanitaria, social y económica provocada por el coronavirus. La gran mayoría de los italianos no entienden que el país vuelva a una de sus recurrentes crisis políticas cuando empieza a enseñar las orejas la tercera ola de contagios, pero no hay que olvidar que ha sido probablemente la pandemia la que ha evitado que el divorcio llegara antes.

Mantener la confianza

Las relaciones personales en la coalición también han tenido su peso en la fractura. Conte y Renzi se detestan, un sentimiento que igualmente profesa hacia este último Nicola Zingaretti, líder del PD, que no contempla una posible marcha atrás que permita la reintegración de Italia Viva en la alianza. «No se puede confiar en Renzi», zanjó Zingaretti, que defiende la continuidad de Conte hasta la conclusión de la legislatura, cuyo final natural no llega hasta 2023, siempre que no se produzcan más sorpresas.

El primer ministro comparece este lunes en la Cámara de los Diputados y el martes en el Senado para dar explicaciones por la crisis política y tratar de lograr nuevos apoyos que garanticen la supervivencia del Ejecutivo. Es vital que lo consiga en la Cámara Alta, donde más justa de votos va la coalición. Para superar la moción de confianza necesita sumar a sus filas a una decena de senadores que ahora están encuadrados en las fuerzas de la oposición. Recuperaría así la mayoría absoluta tras la defección de Italia Viva, que ha anunciado su abstención. Es posible no obstante que a Conte le baste con la mayoría simple, pero en ese caso la debilidad del Gobierno sería máxima.

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Aunque en el Parlamento italiano el transfuguismo goza de una larga tradición, la 'compraventa' de legisladores no se trata de una operación sencilla ni tampoco barata. Toca ofrecer puestos de poder. «Si el primer ministro se abre a nuestros valores es posible pensar en una presencia nuestra en el Gobierno», comentó Paola Binetti, una de las tres senadores del grupo de Forza Italia, pero miembro de la UDC. De este pequeño partido heredero de la democracia cristiana y ahora encuadrado en el bloque conservador podrían llegar parte de los apoyos para sostener a Conte. Católico practicante, el jefe de Gobierno está bien visto tanto por el Vaticano como por la jerarquía de la Iglesia italiana, que ha criticado duramente la maniobra de Renzi.

En su empeño por garantizar la continuidad del Ejecutivo, el primer ministro se puede además ver favorecido por el escaso entusiasmo de muchos legisladores ante la posibilidad de que se celebren elecciones anticipadas, que supondrían la disolución de las Cámaras. No tienen ninguna prisa en dejar el sueldo y privilegios que conllevan sus cargos. Más aún porque la mitad de los actuales diputados y senadores probablemente no repetirán la próxima legislatura, en la que entra en vigor el recorte de un tercio en el número de parlamentarios, aprobado en el referéndum del pasado septiembre.

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