Golpe a Ferrovial por el freno judicial a la expansión de Heathrow

La sentencia del Tribunal no afirma que la construcción de una tercera pista, que permitiría al aeropuerto multiplicar el número de 'movimientos aéreos' anuales de unos 475.000 a 740.000, contravenga el acuerdo de París, sino que la ley británica de Planeamiento obligaba al Gobierno a tenerlo en cuenta cuando emitió su opinión favorable a la expansión, pero no lo hizo.

Heathrow es propiedad de un consorcio en el que Ferrovial es el mayor accionista, con una cuarta parte del capital social. Adquirió el aeropuerto en 2006 como parte de un conglomerado, del que vendió posteriormente el resto de activos. El aeropuerto acoge en sus cinco terminales a más de 80 millones de pasajeros cada año, en vuelos de 84 aerolíneas, con 203 destinos en 84 países. Sus ingresos en 2019 superaron los 3.600 millones de euros.

El proyecto de construcción de una tercera pista para permitir que el aeropuerto acoja a 140 millones de pasajeros en 2050 cuenta con la oposición persistente de los ayuntamientos en la comarca afectada y también con la de Boris Johnson cuando fue alcalde de Londres. El actual alcalde, Sadiq Khan ha celebrado la sentencia. Ayuntamientos y asociaciones ecologistas formaban parte del grupo de querellantes.

La queja vecinal es el ruido, la polución atmosférica y el gran trastorno que supondrá la construcción de la nueva pista y de las infraestructuras adicionales. La expansión ha sido apoyada por sucesivos gobiernos y la declaración de 2018 fue respaldada por la mayoría del Parlamento. En favor de la expansión están también las asociaciones empresariales y grandes sindicatos.

La sentencia obliga al Gobierno a evaluar el impacto que tendría la expansión en sus compromisos con la reducción de emisiones. Theresa May estableció el objetivo oficial de balance cero de emisiones netas de CO2 en 2050, que casa con los objetivos acordados en París. Johnson, considerado como más escéptico sobre la catástrofe climática, será el anfitrión de la cumbre COP26 en noviembre.

El Comité de Cambio Climático, que es por ley el consejero del Gobierno, afirmó en septiembre que las proyecciones oficiales de aumento del tráfico aéreo, cerca del 50% en 2050, deben reducirse a la mitad para lograr un cero neto de emisiones en el transporte aéreo. Si el Ejecutivo aceptase esa política, el crecimiento tendría que limitarse a Heathrow, a costa de los aeropuertos en el resto del país.

El primer ministro, Boris Johnson, es diputado por la circunscripción de Uxbridge y Ruislip Sur, justo al norte del aeropuerto. Su oposición a la expansión ha sido constante. Cuando fue elegido diputado afirmó que se tumbaría con sus vecinos para impedir el avance de las excavadoras. En la BBC calificó el proyecto como «algo que podía hacerse en China en los años 50». Le corresponde ahora guiar la política británica en la larga saga de la expansión de Heathrow.