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Muestras de apoyo a luna compañera de la agente asesinada. Afp
Francia investiga la radicalización del asesino de la policía de Rambouillet

Francia investiga la radicalización del asesino de la policía de Rambouillet

Jamel Gorchene, el tunecino que asesinó el viernes a cuchilladas a una agente de policía en la comisaría de Rambouillet lo hizo al grito de «Allahu Akbar» (Alá es el más grande)»

Beatriz Juez

parís

Domingo, 25 de abril 2021, 18:11

Las autoridades francesas investigan cómo Jamel Gorchene, el tunecino que asesinó el viernes a cuchilladas a una agente de policía en la comisaría de Rambouillet (suroeste de París) al grito de «Allahu Akbar» (Alá es el más grande)», se radicalizó en los últimos meses.

Según ... los primeros elementos de la investigación, «la radicalización del agresor parece poco discutible», explicó el fiscal antiterrorista, Jean François Ricard, en una rueda de prensa sin preguntas, dos días después del asesinato de Stéphanie, una funcionaria administrativa, de 49 años y madre de dos hijos, que trabajaba en la comisaría de Rambouillet desde hacía 28 años.

Según las cámaras de vigilancia de la zona, Jamel Gorchene estuvo merodeando la comisaría y se cree que pudo entrar a rezar en una sala de oración cercana ante de cometer el crimen. También se ha descubierto que «inmediatamente antes de pasar al acto, consultó videos de cantos religiosos que glorifican a los mártires y a la yihad». En su motocicleta encontraron un Corán y en su mochila una alfombra para rezar, precisó el fiscal.

Según los testigos, Gorchene atacó a Stéphanie en el vestíbulo de la comisaría con un cuchillo de 32 centímetros alanzándola en el abdomen y en la garganta. El agresor murió poco después de sus heridas, tras ser disparado dos veces por otro agente que se encontraba en la comisaría y al que intentó también atacar con el cuchillo.

Cinco personas de su entorno, entre ellas su padre y dos primos, se encuentran detenidos y están siendo interrogados para tratar de reconstruir los últimos meses de este repartidor tunecino, que entró ilegalmente en Francia en 2009 y que había regularizado su situación migratoria en 2019.

Gorchene no tenía antecedentes penales ni estaba en el radar de los servicios de inteligencia por su radicalización. En febrero, viajó uno días a Túnez para ver a su familia.

Según la fiscalía antiterrorista, a partir de este otoño, el agresor parece que se había radicalizado, a juzgar por el análisis de su página de Facebook. Por ejemplo, expresó «su adhesión a la legitimación de la ideología instigando a la violencia».

También participó en «una campaña de apoyo al profeta, después del asesinato de Samuel Paty», el profesor de enseñanza secundaria decapitado en octubre de 2020 en Francia por haber enseñado a sus alumnos las polémicas caricaturas de Mahoma durante una clase sobre la libertad de expresión.

Según su entorno, en pleno confinamiento, Gorchene había comenzado a practicar de forma más rigurosa del islam. También había tenido problemas de depresión, que le llevaron en febrero a acudir a una consulta psiquiátrica, pero, según la investigación preliminar, no necesitó ni tratamiento ni hospitalización.

Por otro lado, el primer ministro Gérald Darmanin anunció que el miércoles presentará un proyecto de ley para reforzar la lucha antiterrorista y tratar de frenar, antes de que actúen, a los «lobos solitarios» que no pertenecen a ninguna organización terrorista pero que se radicalizan a través de Internet y de las redes sociales.

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