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Juan Carlos Barrena
Berlín
Jueves, 4 de junio 2020, 14:22
El presunto secuestrador y asesino de la niña británica Maddie McCann, desaparecida hace 13 años en el sur de Portugal cuando se encontraba de vacaciones con su familia, cuenta con un largo historial penal, según revelan hoy varios medios alemanes. Identificado como Christian B, de ... 43 años de edad, el sospechoso ha sido condenado ya varias veces en el pasado por abusos sexuales a niños, robo, tráfico de estupefacientes y lesiones físicas graves.
La fiscalía alemana de Braunschweig encargada del caso da por sentado que la pequeña Maddie, de tres años de edad, fue asesinada el mismo día de su desaparición el 7 de mayo de 2007 en un complejo vacacional de la localidad de Praia da Luz, en la región portuguesa del Algarve. «Consideramos que la niña está muerta», dijo un portavoz de la acusación pública alemana este jueves para justificar el procesamiento del sospechoso por asesinato.
La larga carrera delictiva de Christian B., procedente de la ciudad bávara de Würzburg, comenzó en 1994 cuando solo contaba 17 años de edad. Entonces un tribunal local le condenó a una pena de prisión juvenil de dos años, de la que solo cumplió una parte, por abusar sexualmente de un niño y masturbarse en su presencia..
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Actualmente cumple condena de siete años en la prisión de Kiel, capital del septentrional estado federado de Schleswig-Holstein, por la violación brutal de una anciana estadounidense de 72 años en 2005 en el Algarve. Christian B. asaltó, maniató, golpeó y violó a la mujer antes de desaparecer con todo su dinero.
Las autoridades alemanas tardaron más de diez años en identificarle por ese crimen. Un cabello en el lugar de los hechos constató su identidad tras una prueba de ADN. Por ese crimen fue procesado y condenado el pasado mes de diciembre en Braunschweig. Su detención fue facilitada por el testimonio de un conocido que había robado además una cámara de vídeo al sospechoso y en la que se encontraban grabadas las imágenes de la violación de la anciana norteamericana, según revela el rotativo local Braunschweiger Nachrichten.
Tras ser condenado la primera vez en Baviera, Christian B. se trasladó al norte de Alemania y seguidamente al sur de Portugal, donde residió la mayor parte del tiempo hasta su detención final, con interrupciones para cumplir condenas por distintos delitos y crímenes tanto en Portugal como en Alemania.
En octubre de 2011, por ejemplo, un tribunal de la localidad de Niebüll, al norte de Alemania, le condeno a una pena de un año y nueve meses de cárcel por «tráfico de estupefacientes en cantidades no pequeñas», sentencia que no cumplió al momento al salir en libertad vigilada, aunque ese privilegio le fue retirado poco después y acabó encerrado entre rejas.
En 2013 fue condenado por otro tribunal de Braunschweig a un año y tres meses de cárcel por abusar sexualmente de un niño y distribuir pornografía infantil. Un año después sumó una nueva condena, esta vez por lesiones graves. Cada vez que Christian B. tenía problemas con la justicia alemana escapaba a Portugal, aunque siempre retornaba. Como cuando fue condenado en 2017 a 15 meses de cárcel por abusos sexuales con niños en Braunschweig o por tráfico de marihuana en 2018 en la isla germana de Sylt en 2018. Nadie se explica cómo con esa larga listas de delitos podía salir una y otra vez de la cárcel sin terminar de cumplir condena.
Solo esta vez la acusación de la presunta violación y asesinato de Maddie McCann le ha pillado entre rejas. Entonces tenía 30 años, aunque aparentaba ser bastante más joven. En la fecha de la desaparición de la pequeña vivía en una casa situada entre las localidades de Lagos y Praia da Luz en el Algarve. La identificación de su teléfono móvil en las cercanías del lugar de los hechos y en el momento en que se produjeron ha sido determinante para convertirlo en el sospechoso número uno del crimen. Los funcionarios de la policía portuguesa encargados del caso comentaron hace ya un año que las investigaciones se concentraban en un ciudadano alemán.
Al parecer habían localizado también un chat de internet en el que Christian B. comentaba con otra persona el caso de Maddie McCann. Las investigaciones de la Oficina Federal Criminal (BKA) Alemana se concentran ahora en demostrar que el hombre de 42 años y con un largo historial de delitos es el culpable de la desaparición de Maddie. A la búsqueda de posibles testigos, la BKA ha abierto una página exclusiva en internet sobre el caso a la que se pueden aportar indicios. Una recompensa de 10.000 euros espera a quien ayude a resolver el caso.
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