Fin a tres meses de pesadilla en Italia

«Nunca me olvidaré del día en que lo ingresé. Era un enfermo joven, sano, un atleta, pero sufría una pulmonía gravísima». Son las palabras de la doctora Annalisa Malara, que atendió a Mattia Maestri, el 'paciente uno' de Italia. De forma simultánea a este caso de Codogno surge otro foco en Vo' Euganeo, una localidad del Véneto, donde al día siguiente se registra el primer fallecimiento por Covid-19. El Gobierno ordena el cierre de oficinas, escuelas, bares y otros establecimientos públicos en Vo' Euganeo y en diez municipios lombardos.

Surge la primera 'zona roja' en las localidades afectadas, de las que no se puede entrar ni salir. Se cierran además los colegios de Lombardía, Véneto, Friuli Venecia Julia, Piamonte y Emilia Romaña.

Son ya más de 3.000 los contagiados y 107 los muertos, lo que lleva al Gobierno a tomar la primera decisión que afecta a todo el territorio nacional: el cierre de los centros educativos. La medida es en principio por 10 días, pero luego se prolongará hasta septiembre.

La pandemia acelera con 1.500 nuevos casos en un día, lo que lleva al primer ministro, Giuseppe Conte, a ampliar la 'zona roja' a Lombardía y a 14 provincias del norte. 16,7 millones de personas viven en esta área, donde sólo se puede salir de casa por motivos de trabajo, problemas de salud o situaciones de necesidad.

Después de que miles de personas escaparan de Lombardía a otras zonas del país, lo que contribuye a expandir la enfermedad, Conte extiende a todo el territorio nacional las restricciones, que entran en vigor ese día. Italia se convierte en una «zona protegida» y sólo quedan en funcionamiento las actividades productivas esenciales. Son 10.000 los contagiados y 631 los fallecidos.

El coronavirus ya no es sólo una preocupación sanitaria, sino también económica. Para responder a la recesión provocada por la pandemia, el Gobierno anuncia un paquete de medidas por valor de 25.000 millones de euros. Mientras el Covid-19 se acerca a los 28.000 contagiados y supera los 2.100 muertos, los italianos se acostumbran a socializar desde los balcones.

Se alcanza el pico en la cifra de muertos al registrarse 919 fallecidos. La enfermedad está desatada y suma unos 6.000 nuevos casos diarios. Alrededor del 9% de los infectados son sanitarios. La única nota positiva es que, según los científicos, empiezan a verse señales de que la curva de infectados se atenúa.

Cuando los italianos llevan ya 20 días encerrados en sus casas, Conte decide prolongar las restricciones hasta el 12 de abril. Son más de 100.000 los contagiados y de 11.500 los fallecidos. Las ucis de los hospitales están al borde del colapso con unos 4.000 pacientes ingresados. Al día siguiente el Gobierno genera una enorme confusión al anunciar que los niños podrán dar breves paseos cerca de casa acompañados de un solo adulto. Varios presidentes regionales animan a no hacer caso del Ejecutivo.

Conte anuncia una nueva prórroga en las restricciones para hacer frente al coronavirus, que supera los 147.000 contagiados y se acerca a los 19.000 muertos. El cerrojazo se prolongará hasta el 3 de mayo, una vez que pasen las fiestas de la Liberación y del Primero de Mayo, aunque se permite que el 14 de abril reabran las librerías, papelerías y tiendas de ropa de bebé.

Cuando los italianos llevan ya 41 días encerrados en sus casas, por primera vez se reduce el número de personas actualmente positivas de coronavirus. Baja también la cifra de pacientes hospitalizados e ingresados en la uci. «Es una relativa tregua», dice Luca Richeldi, uno de los científicos que asesoran al Gobierno.

55 días después, los italianos vuelven a salir a la calle para pasear o hacer deporte sin limitaciones o ir a visitar a familiares. En el primer día del desconfinamiento, 4,4 millones de personas vuelven a sus trabajos, principalmente en las manufacturas, la construcción y el comercio al por mayor. Las dificultades económicas provocadas por el cerrojazo dejan un millón de nuevos pobres.

El Gobierno aprueba un nuevo paquete de medidas por valor de 55.000 millones de euros que prevé la regularización de más de 200.000 inmigrantes ilegales para garantizar la recogida de las cosechas.

Se reanudan la mayoría de las actividades económicas y los ciudadanos retoman la libertad de movimiento dentro de la misma región. La pandemia deja por primera vez menos de 100 muertos diarios (99) mientras supera los 225.000 contagios y los 32.000 fallecidos en total.