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salvador arroyo
Corresponsal. Bruselas
Viernes, 26 de marzo 2021, 22:43
La última videocumbre de líderes europeos ni ha enterrado la sensación de desbarajuste que planea sobre la logística de las vacunas en la UE, ni por supuesto ha logrado atenuar la frustración de muchos Estados. Al contrario, está conduciendo a mayores tiranteces alimentadas por una ... escasez de suministros que no termina de corregirse sumida en una espiral de argumentos dispares, mientras la angustia del nuevo ascenso en la curva de contagios. El lento ritmo de inmunización lo ensombrece todo. Con solo un 4,1% de la población europea vacunada (tres veces menos que en Estados Unidos o Reino Unido), la Comisión Europea continúa metida en un laberinto.
La institución, cuya presidenta, Ursula von der Leyen, ya ha tenido que admitir imprevisión en la fase inicial de esta logística, carga culpas sobre AstraZeneca. Y, en general, los Veintisiete comparten que los incumplimientos de la farmacéutica anglo-sueca son una razón de todo lo que está pasando. No solo no entrega lo pactado a los Estados miembros (apenas 30 millones de dosis de las 100 comprometidas para el primer trimestre), sino que incluso vende al exterior. De hecho, a AstraZeneca se la señala directa o indirectamente como responsable de que, en general, solo se hayan suministrado 62 millones de antivirales a los ciudadanos de la UE frente a los 77 millones que se han exportado desde suelo europeo a otras naciones. Algo que bastantes líderes comunitarios asemejan al refrán de en casa del herrero, cuchillo de palo.
También atribuyen a la disputa contractual entre Bruselas y los laboratorios que se haya abierto una disputa comercial con Reino Unido -receptor de 21 millones de viales producidos en la UE, pese a no haber entregado a cambio ninguno fabricado en los laboratorios ingleses-, que no todos los Gobiernos de la Unión desean. O de que países como Austria, Bulgaria, Letonia, Eslovenia o la República Checa, que fiaron sus campañas nacionales de vacunación a AstraZeneca por su mayor economía respecto a la de Pfizer, exijan ahora un nuevo criterio para el reparto de las cuatro fórmulas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (las dos citadas más la de Moderna y la monodosis de Johnson&Johnson).
Solidaridad. Habrá «cesiones» en el reparto de los diez millones de antivirales que Pfizer entregará a la UE
Es evidente que la Unión nunca pensó al diseñar su política de compra de sueros que acabaría abriendo tantas puertas de golpe; no solo a conflictos técnicos y comerciales con la firma anglosueca, sino también entre sus propios socios. Y que la propia Comisión quedará una vez más salpicada por las dudas en la eficacia de su gestión. Con todo ese revuelo, los líderes han decidido quedarse con un pacto de mínimos, en la confianza de que la caótica situación del reparto de suero en la Unión pueda dar una vuelta a partir de abril.
Así, respaldaron el plan de la Comisión que endurece las condiciones de exportación de viales, ya que arremeterá sobre los laboratorios que incumplan sus contratos o los países que no respondan con reciprocidad o tengan mucha población inmunizada. Pero lo hace un poco a la carta. Porque ante el temor de romper las cadenas de suministro -la fabricación de las vacunas es compleja y requiere múltiples componentes y operaciones en distintas plantas del mundo- Bélgica o Países Bajos, por ejemplo, mantienen sus reticencias. Por eso, todo apunta a que la herramienta se utilizará solo en casos muy extremos. Mejor no tener que emplearla.
De hecho, Bruselas intenta cerrar 'in extremis' un acuerdo de cooperación con Londres (principal destinatario de estas nuevas exigencias) que permita a AstraZeneca cumplir con la UE. «Un pacto que nos deje satisfechos a todos», según los representantes franceses.
El coronavirus, en datos
El pulso con el Ejecutivo británico no es el único. Austria, Bulgaria, Letonia, Eslovenia o la República Checa no aceptaron plenamente en su momento el criterio de que los sueros se distribuyesen proporcionalmente a la población de cada país. Prefirieron ir a menú y erraron el cálculo al apostar por AstraZeneca. Así que en Bruselas se ha buscado «una pista de aterrizaje aceptable», según fuentes diplomáticas, para evitar un choque frontal.
Los diez millones de dosis adicionales que Pfizer entregará a la UE son lo único renegociable. Se repartirán según el «criterio de solidaridad». Así que habrá cesiones. Y un regateo que se deja en manos de los representantes permanentes de los Veintisiete. Alemania ya ha reprochado a Austria que no haya reconocido su equivocación. Dicho de otro modo, que como su capacidad económica nada tiene que ver con la de Letonia, Eslovaquia y el resto de naciones de este bloque, (sus PIB son muchos más bajos) tampoco debería tener acceso en las mismas condiciones al nuevo reparto.
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