El terrorista de Streatham se radicalizó en la cárcel, según su madre

Otra mujer sufrió heridas leves por el impacto de fragmentos de cristal tras los disparos de policías que seguían a Sudesh Amman, cuando salió caminando de la residencia para convictos en libertad condicional que hay en el vecindario. Los policías de paisano le mataron tras ver que Amman cogió un cuchillo en una tienda y atacó a los dos primeros transeúntes que se cruzaron con él.

Amman, hijo de padres originarios de Sri Lanka, creció con su madre y sus cuatro hermanos, él era el mayor, en un barrio del noroeste de Londres. La madre retrató a su hijo a preguntas de medios británicos como un buen chico, aficionado al baloncesto, estudiante preuniversitario de matemáticas y ciencias, obsesionado con el islamismo violento disponible en internet.

Dice también que fue radicalizado en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, donde hay otros presos por crímenes yihadistas. Pero entró en prisión en 2018 por 16 cargos de posesión y distribución de materiales delictivos y algunas de sus amistades confirman que en sus conversaciones hablaba de bombas o decía que quería ser terrorista. Condenado a tres años y cuatro meses, salió en libertad hace unos días.

El Parole Board, equivalente al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, confirmó que no tuvo ningún papel en su puesta en libertad. La ley exigiría que todos los presos sean puestos en libertad cuando han cumplido la mitad de la sentencia, para que comiencen su reinserción en la sociedad en condiciones que en este caso incluían residir en una vivienda controlada.

Usman Khan, que asesinó a dos personas en noviembre también en Londres, reunía características similares. Ambos siguieron programas de 'desradicalización' en la cárcel. Khan habría burlando a sus interlocutores simulando un abandono de sus ideas. Pero fue puesto en libertad de manera también automática. «Es la hora de la acción», dijo este lunes Johnson, ante la alarma que ha causado tal repetición.

En su programa legislativo ya ha incluido un endurecimiento de penas. El ministro de Justicia, Robert Buckland, prometió en el Parlamento reformas de los servicios penales y de rehabilitación. La oposición culpa al Gobierno de agravar el problema con recortes presupuestarios. La puesta en libertad automática a mitad de sentencia ya fue derogada.

Pero había 173 presos yihadistas a final de septiembre esperando a que se les aplique la vieja norma. Buckland afirmó que el Gobierno quiere introducir con urgencia una ley retrospectiva para evitar su salida de prisión. La diputada escocesa, Johanna Cherry, le advirtió de los problemas legales que causan leyes retrospectivas. El ministro le respondió que en este caso no se trata de cambiar la ley sino la administración de sentencias, en un debate que recordó los argumentos legales sobre la 'doctrina Parot' aplicada en España a presos de ETA.