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Darío Menor
Roma
Miércoles, 3 de febrero 2021, 15:18
Mario Draghi fue el hombre que más hizo por salvar el euro durante la pasada crisis financiera, cuando estaba al frente del Banco Central Europeo (BCE) y pronunció aquella recordada frase de que haría «todo lo que fuera necesario para preservar» la moneda única. Después ... de aquella difícil experiencia, que le convirtió en uno de los italianos más respetados a nivel internacional, ahora le va a tocar intentar sacar a su país de la parálisis política y de la pandemia. A sus 73 años, Draghi aceptó este miércoles «con reservas» el encargo de formar un Gobierno técnico que le hizo el jefe del Estado, Sergio Mattarella, después de que los partidos no se pusieran de acuerdo para dar vida a un Ejecutivo.
El expresidente del BCE, que mantendrá una ronda de consultas con las fuerzas políticas para comprobar los apoyos con que contaría en el Parlamento, justificó su 'sí' a Mattarella por el difícil momento que afronta Italia debido a la «dramática crisis» provocada por el coronavirus. «La conciencia de la emergencia exige respuestas a la altura de la situación y es con esta esperanza y con este compromiso que respondo positivamente al llamamiento del presidente de la República», dijo tras reunirse con Mattarella en el Palacio del Quirinal de Roma.
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En un breve discurso, Draghi desgranó cuáles serán las prioridades del posible nuevo Gobierno: «Vencer la pandemia, completar la campaña de vacunación, ofrecer respuestas a los problemas cotidianos de los ciudadanos y relanzar el país». Para esta ingente tarea Italia cuenta con el respaldo de los «recursos extraordinarios» ofrecidos por la Unión Europea para hacer frente a las consecuencias del coronavirus, un maná de hasta 209.000 millones de euros. «Tenemos la oportunidad de hacer mucho por nuestro país con una mirada atenta al futuro de las jóvenes generaciones y a reforzar la cohesión social», destacó.
Pese a que se mostró «confiado» en lograr el respaldo mayoritario de los partidos, para Draghi no será una tarea fácil ganarse a los políticos. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), formación más numerosa en ambas Cámaras, no parece en principio dispuesta a sostener un Ejecutivo técnico. Es una hipótesis que se sitúa en las antípodas de su inicial espíritu 'anticasta', populista y partidario de renovar las bases de la democracia para mejorar la representatividad ciudadana. En cualquier caso, el M5E ha sufrido tantos cambios de posición en estos últimos años que no puede descartarse que al menos una parte de sus senadores y diputados acabe respaldando el Ejecutivo «de alto perfil» cocinado por Mattarella y guiado por Draghi.
13 de enero. Italia Viva retira a sus dos ministras y dinamita el Gobierno de coalición de Giuseppe Conte.
25 de enero. Conte renuncia como primer ministro en busca de una nueva coalición.
2 de febrero. El presidente, Sergio Matarella, encomienda a Mario Draghi la formación del Ejecutivo tras el fracaso de sus consultas con los partidos y de la mediación del jefe de la Cámara Baja, Roberto Fico.
La postura oficial del M5E, no obstante, es por el momento un 'no' al expresidente del BCE. «Ya anunciamos que el único Gobierno posible es político», comentó Vito Crimi, jefe de filas de los 'anticasta'. Otro personaje de peso en el partido como Alessandro di Battista incluso definió a Draghi como al «apóstol de las élites». Otros miembros del partido, en cambio, habrían mostrado en privado que están dispuestos a apoyarle, olvidándose así de Giuseppe Conte, el exprimer ministro y cuya continuidad era hasta ahora un punto en el que el M5E no estaba dispuesto a ceder. La posible votación de investidura a un Ejecutivo liderado por Draghi puede acabar provocando una fractura interna en esta fuerza política.
Más fácil lo tendrá el expresidente del BCE para obtener el sostén del Partido Democrático (PD, centroizquierda), socio del M5E en el anterior Gabinete, y de Italia Viva, la pequeña formación centrista de Matteo Renzi, cuya salida de la coalición gubernamental propició la crisis política. Pese a que Italia Viva solo cuenta con un mísero 2% en intención de voto en los sondeos, Renzi se ha destapado como el gran vencedor de esta fase de inestabilidad, en la que ha logrado descabalgar a Conte del poder y alejar el fantasma de las elecciones anticipadas.
Lograr una mayoría estable. No será tarea fácil para Draghi ganarse el respaldo de los partidos, aunque él «confía» en conseguirlo
Draghi podría verse además respaldado por Forza Italia, el partido de centroderecha de Silvio Berlusconi, que también sostuvo al último Ejecutivo técnico, el que lideró Mario Monti entre 2011 y 2013. Incluso la Liga, principal fuerza política de la oposición, podría olvidarse de su reclamación de convocar comicios cuanto antes y apoyar a Draghi, siempre eso sí que se comprometa a permanecer unos pocos meses en el poder. Mattarella, en cambio, parece decidido a que el nuevo Gobierno sobreviva al menos hasta el año que viene. Una vez que haya pasado la fase más dura de la pandemia y que el Parlamento haya elegido a un nuevo jefe del Estado, lo que ocurrirá a principios de 2022, llegará previsiblemente la disolución de las Cámaras y el fin de esta tormentosa legislatura, comenzada en 2018.
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