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Darío Menor
Roma
Miércoles, 24 de junio 2020, 14:23
La nave Moby Zazà, fondeada frente a la localidad siciliana de Porto Empedocle para que los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo central pasen la cuarentena, se ha convertido en un foco de contagio de coronavirus. Veintinueve extranjeros socorridos la semana pasada en el Canal ... de Sicilia, y de los que 28 se encuentran a bordo y uno de ellos ha tenido que ser hospitalizado, han dado positivo a las pruebas para detectar el patógeno que provoca la Covid-19.
El contagio se ha descubierto después de que tuviera que ser ingresado en un hospital de Caltanisetta uno de los inmigrantes, que como el resto había sido salvado por el barco de la organización humanitaria alemana Sea Watch tras zarpar desde el norte de África. En principio se sospechó que el enfermo padecía tuberculosis, pero luego se descubrió que se trataba de coronavirus. A bordo de la nave Moby Zazà hay ahora mismo 209 inmigrantes, rescatados en diversas operaciones por Sea Watch.
El presidente regional siciliano, Nello Musumeci, que fue en principio criticado por utilizar un barco lazareto para que los inmigrantes pasaran la cuarentena, defendió la utilidad de esta medida para evitar que puedan producirse contagios en la isla. «Ahora se entiende mejor nuestra petición», comentó Musumeci en un mensaje publicado en las redes sociales. Aseguró que quienes «nos acusaban casi de racismo, hoy se darán cuenta de que teníamos razón».
El pasado mes de abril, el Gobierno italiano anunció que sus puertos no eran seguros para el desembarco de inmigrantes rescatados en el Canal de Sicilia debido a la pandemia. La medida fue un revés para las organizaciones humanitarias que operan en el Mediterráneo central. Desde entonces, las personas socorridas tienen que guardar una cuarentena en un barco para ser luego trasladadas a otro país europeo. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) recordó entonces que Italia debía seguir garantizando el derecho de acogida a los desplazados pese a la aprobación de esa medida.
«Cualquier restricción debe no obstante asegurar que las personas que huyen de las guerras tengan la posibilidad de presentar una petición de asilo. Las medidas sanitarias son comprensibles, pero no pueden tener consecuencias graves sobre las personas que huyen de las guerras», comentó en abril Carlotta Sami, portavoz de Acnur.
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