Cierre de filas con Grecia ante su conflicto territorial con Turquía

El Mediterráneo Oriental va camino de convertirse en un polvorín. Y la Unión Europea no encuentra una solución clara para aplacarlo. Diálogo y negociación, como defienden Alemania -que ha abierto una línea de mediación directa-, España o Italia, o sanciones y firmeza frente a Turquía, que abanderan Francia y la propia Grecia, que no siente suficiente apego de sus socios con un problema que considera es europeo.

La cuestión es que de cara a la cumbre extraordinaria de líderes que tendrá lugar el próximo 24 y 25 de este mes, París buscó este jueves una posición sin fisuras del Sur. En Córcega, durante la celebración del séptimo foro informal de países del Mediterráneo (el anterior tuvo lugar en junio del pasado año), en la que el conflicto greco-turco eclipsó otros asuntos de debate en la agenda, como el 'brexit' o la migración.

El francés Emmanuel Macron fue el anfitrión de la reunión con el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, el presidente español Pedro Sánchez, el portugués Antonio Costa, el griego Kyriakos Mitsotakis, el chipriota Nikos Anastasiades y el mandatario de Malta, Robert Abela. El objetivo era encontrar una respuesta equilibrada. Y construirla con una declaración de apoyo a Grecia y Chipre. Aunque la opción de sanciones contra Turquía continúa sobre la mesa.

Macrón calentó el encuentro nada más pisar Porticcio, cerca de Ajaccio. No solo instaba a la UE a hablar con una sola voz sino que pedía ser «claros y firmes» con un gobierno, el del turco Recep Tayyip Erdogan al que achaca «prácticas inaceptables frente a las costas de Libia» contra una fragata francesa y reprocha haber «firmado acuerdos con el gobierno libio, negando a Grecia derechos legales».

Unas horas antes, en Bruselas, el viceministro de Exteriores de Grecia, Miltiadis Varvitsiotis, exigía «tomar medidas claras». La réplica de Ankara no tardó en llegar. Desde su Ministerio de Relaciones Exteriores se acusó a Macrón de «hacer declaraciones arrogantes; un viejo reflejo colonialista», apostillaba. Y a Grecia, de intentar frustrar los intentos de Berlín por encontrar una salida negociada a la crisis.