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r. c.
Domingo, 23 de junio 2019, 21:58
Unos 250.000 manifestantes exigieron este domingo en Praga la dimisión del primer ministro checo, el magnate Andrej Babis, acusado de abusos con fondos europeos y pendiente de juicio. La marcha, convocada por un movimiento cívico llamado 'Un millón de momentos para la democracia', exigió ... también el cese de la ministra de Justicia, Marie Benesova, una antigua fiscal a la que sus críticos acusan de querer proteger a Babis de posibles acciones legales en su contra. Según una investigación comunitaria, el consorcio agroalimentacio Agrofert, propiedad del jefe de Gobierno, ha recibido millonarias ayudas de forma injustificada, incluso cuando ya encabezaba el Gobierno.
La concentración en el parque Letna de Praga supuso la culminación hasta la fecha de semanas de movilizaciones contra Babis, motivadas por una investigación policial que concluyó en abril que el primer ministro había recibido dos millones de euros en subsidios de la UE que no le correspondían para una granja y un centro de convenciones, y recomendó que fuera procesado.
«Pedimos la dimisión de Benesova y exigimos la de Babis», manifestó este domingo al inicio de la protesta Mikulas Minar, el líder de la plataforma cívica que organiza desde hace varias semanas las protestas. «Nuestro país tiene muchos problemas y el Gobierno no los resuelve porque su única preocupación es desenredarse de sus problemas personales», añadió.
En la protesta se pudieron ver pancartas con lemas como 'Dimisión', 'Basta' o 'No renunciamos a la democracia' en una multitud salpicada por banderas checas y de la UE y concentrada en un ambiente pacífico como en anteriores protestas convocadas por el grupo 'Un millón de momentos para la democracia', ajeno a los partidos políticos. 'No queremos colza, queremos mariposas', se veía en una de las cientos de pancartas exhibidas por los manifestantes, en alusión a los subsidios al biodiésel que recibe Agrofert, que extendió el cultivo de la colza a muchas zonas del país y que con sus pesticidas ha reducido las poblaciones locales de esos insectos.
El primer ministro, de 64 años, que lidera una coalición en minoría entre su partido, el populista ANO y el socialdemócrata CSSD, rechaza las acusaciones en su contra y las considera un ataque contra el país.
Con este cuarto millón de manifestantes, Praga vivió este domingo las mayores concentraciones civiles desde la llamada 'Revolución de terciopelo', que puso fin al régimen comunista hace justo tres décadas, en 1989.
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