Corresponsales
Domingo, 31 de enero 2021, 00:15
Los países europeos siguen con calma sus estrategias de vacunación contra el Covid-19 a pesar de los vaivenes ocasionados por los retrasos en las entregas de las dosis que ya han pagado pero no han tomado el camino pactado. Mientras la discusión política se ... vuelve agria y vergonzosa, las autoridades sanitarias tienen un objetivo en mente y no se desvían de él: el próximo otoño deberá estar completado el plan de vacunación al porcentaje de ciudadanos que permita hablar de una inmunidad social suficiente para ganar la batalla. Los mayores de 80 años ingresados en residencias, sus cuidadores y el personal sanitario son los primeros en recibir las inyecciones. En primavera se ampliará la inmunización a todos los grupos de riesgo.
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Bélgica tiene programado vacunar al total de su población (en torno a 11 millones) antes de septiembre. El calendario se mantiene pese a los retrasos en el suministro de los distintos sueros, aunque con cautelas. Desde el 5 de enero, con los primeros preparados de Pfizer/BioNTech, y con la entrada de los de Moderna (18 de enero) el proceso de inmunización se ha extendido a todas las residencias de mayores, su personal asistencial y las plantillas en primera línea de sus hospitales. La semana del 18 de enero se administraron 125.000 vacunas, luego el ritmo bajó a 71.000 por los recortes en las entregas y la perspectiva de tener que administrar la segunda dosis. Hubo acelerón en enero para llegar al mayor número posible de personas de riesgo, pero hay cautelas hoy para garantizar la segunda vacuna. Según datos oficiales, la primera ha llegado a 243.412 personas, el 2,12% de la población. La segunda dosis sólo la han recibido 3.500 personas.
El proceso de vacunación de la población alemana renquea por la escasez de dosis y los problemas de producción de los distintos laboratorios, algunos de ellos en territorio germano. Pese a todo el titular alemán de Sanidad, Jens Spahn, se mostró satisfecho el viernes ante los progresos para inmunizar a la población y destacó que hasta ahora se han distribuido más de 3,5 millones de vacunas, de las que al menos 2,2 millones ya han sido inoculadas. Spahn subrayó que en el primer trimestre de este año se habrá vacunado a todos los mayores de 80 años que lo deseen y que hasta mediados de febrero las autoridades sanitarias esperan haber terminado con la vacunación de los 800.000 acogidos en residencias o asilos de ancianos en todo el país. El ministro reconoció, sin embargo, que los planes iniciales para vacunar a la población de Alemania se retrasan inevitablemente por el insuficiente suministro de vacunas.
En Países Bajos, el Gobierno ha decidido ampliar el intervalo entre las dos inyecciones (planteado por las farmacéuticas en los veintiún días) a seis semanas. En torno a 174.000 vacunas se han administrado hasta la fecha en el país. Las autoridades sanitarias han comenzado a citar a las personas de entre 85 y 90 años que viven de forma independiente, en una fase que esperan completar el 5 de febrero. En Países Bajos ha saltado la alarma por la detección ya de al menos un caso de la mutación brasileña del coronavirus. Y todo salpicado por violentos disturbios (los más graves en 40 años) contra un toque de queda que se defiende como fundamental para un país con cerca ya de un millón de personas contagiadas y que roza los 14.000 fallecidos.
El proceso de vacunación de la población alemana renquea por la escasez de dosis y los problemas de producción de los distintos laboratorios, algunos de ellos en territorio germano. Pese a todo el titular alemán de Sanidad, Jens Spahn, se mostró satisfecho el viernes ante los progresos para inmunizar a la población y destacó que hasta ahora se han distribuido más de 3,5 millones de vacunas, de las que al menos 2,2 millones ya han sido inoculadas. Spahn subrayó que en el primer trimestre de este año se habrá vacunado a todos los mayores de 80 años que lo deseen y que hasta mediados de febrero las autoridades sanitarias esperan haber terminado con la vacunación de los 800.000 acogidos en residencias o asilos de ancianos en todo el país. El ministro reconoció, sin embargo, que los planes iniciales para vacunar a la población de Alemania se retrasan inevitablemente por el insuficiente suministro de vacunas.
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En Austria se habían recibido ya el pasado viernes unas 250.000 dosis para vacunar a la población, de las que unas 170.000 habían sido inoculadas. Viena concentra sus primeros esfuerzos en los mayores de 80 años y el personal sanitario. Sin embargo, en la segunda fase que espera poder iniciar en febrero quiere concentrarse en los trabajadores con profesiones relevantes, empezando por las cuidadoras de guarderías y el personal docente en escuelas y colegios.
Italia ya ha puesto más de 1,7 millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19, lo que supone una tasa de 2,8 por cada 100 habitantes. El país ha suministrado los sueros a la mayor parte de su personal sanitario y de los ancianos que viven en residencias. Tenía previsto haber comenzado la campaña con los mayores de 80 años, pero los retrasos en los suministros por parte de las compañías farmacéuticas han obligado a retrasar el calendario de vacunas.
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Pese a los continuos recortes que ha sufrido su sistema sanitario en los años de la crisis financiera, Grecia ha puesto ya 232.000 dosis de la vacuna contra el Covid-19. Esa cifra significa haber protegido a un 2,2% de su población, un porcentaje ligeramente más bajo que la media de los países de la Unión Europea (2,4%). Aunque la nación helena no sufrió apenas la primera ola de la pandemia, la situación empeoró después del verano y ahora los hospitales están al límite de su capacidad, con casi un 50% de las plazas UCI ocupadas por enfermos de Covid-19.
El ministro de Sanidad, Vassilis Kikilias, manifestó el pasado miércoles su preocupación por los retrasos en la entrega de las vacunas por parte de las compañías farmacéuticas. El Gobierno está realizando un esfuerzo para que los viales lleguen también a las islas, donde hasta el momento se han dado menos contagios que en la Grecia continental. Trata así de proteger a la población antes de la llegada de los turistas en verano.
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Francia ha logrado recuperar el terreno perdido, tras las numerosas críticas al Gobierno por la lentitud en el arranque de la campaña de vacunación contra el Covid-19 con respecto a otros países europeos. Desde el pasado 27 de diciembre, más de un millón de franceses han recibido la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus. El ministerio de Sanidad prevé 2,4 millones de inyecciones en febrero: un millón de primeras dosis y 1,4 millones de segundas. En Francia, la vacuna es gratuita.
La campaña de vacunación comenzó en las residencias de ancianos y se extendió al personal médico y a las personas mayores de 75 años que viven en su domicilio. A finales de febrero, quieren comenzar a inmunizar a los mayores de 65 años y a partir de primavera, al resto de la población, por orden de prioridad. Al igual que otros países europeos, hay problemas con el suministro de vacunas pero el Gobierno ha decidido no retrasar la segunda dosis de la vacuna, a diferencia de otros socios europeos. En Francia, se administrará a los 28 días de la primera inyección.
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El hecho de que haya menos vacunas de las previstas ha tenido un impacto en el número de citas programadas para vacunarse. El 5% de las concertadas ya para una primera inyección han tenido que retrasarse unos días, según datos del ministerio de Sanidad, que asegura que ninguna ha sido anulada por falta de dosis.
Rusia avanza a gran velocidad en la vacunación de su ciudadanía, que comenzó en diciembre. Estuvo dirigida en primer lugar al personal sanitario, educativo, trabajadores de la esfera social y personas con enfermedades crónicas. Después, el pasado 13 de enero, el presidente ruso, Vladímir Putin dio orden de que cinco días después comenzara la vacunación masiva de la población. Dijo que la Spútnik V «es la mejor vacuna del mundo». El fármaco se administra de forma gratuita y su inoculación es voluntaria. El Ministerio de Sanidad ruso espera poder vacunar durante 2021 al 60% de los rusos y lograr así la inmunidad de rebaño. El país tiene una población de casi 145 millones de habitantes. Hasta el momento, se calcula que se han suministrado unos dos millones de dosis y hay otro dos millones listos para enviar a los centros sanitarios.
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