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Iñigo Gurruchaga
Londres
Lunes, 16 de diciembre 2019, 21:29
Boris Johnson emprenderá una profunda reforma de su Gobierno y de la administración pública en febrero, tras la conclusión de la primera fase del 'brexit', y se ha limitado a ajustes necesarios en su Gabinete: nombrará a un nuevo ministro para Gales en sustitución del ... dimitido; prolongación del mandato en Digital, Cultura, Media y Deportes de Nicky Morgan, que renunció a ser diputada y es elevada a los Lores, aunque abandonará el puesto en la gran remodelación del nuevo año.
Johnson aplaza algunas ideas aireadas en los últimos días, como la eliminación del Ministerio para la Marcha de la UE, centrado en la preparación técnica del 'brexit' más que en su negociación, tras su ascenso a la jefatura de Gobierno. El jefe de Gabinete de Johnson, Dominc Cummings, ha ganado una reputación como estratega acertado pero en su primera experiencia de Gobierno, como mano derecha del entonces ministro de Educación, Michael Gove, y en sus escritos ha argumentado en favor de una reforma radical de la manera de aplicar ideas políticas a través del funcionariado.
El Gobierno inciará el viernes la tramitación del proyecto de ley de Retirada de la Unión Europea que traduce a la legislación doméstica el acuerdo que alcanzó con el Consejo Europeo en octubre. No se prevé ningún obstáculo para que sea aprobado en enero, antes del cumplimiento del plazo, el 31 de ese mes. Johnson alentó a sus nuevos diputados a votarlo, en una reunión de bienvenida.
Otra buena noticia para el primer ministro es el ambiente 'positivo' que su ministro para Irlanda del Norte, Julian Smith, detectó en la primera reunión de los partidos de la región para restaurar el Parlamento de Stormont, tras casi tres años suspendido tras la dimisión del entonces vice primer ministro, el fallecido dirigente del Sinn Féin, Martin McGuinness.
Los republicanos alegaron entonces diferencias insalvables con su socio en el Ejecutivo, el Partido Democrático Unionista. Dos escollos entonces -la regulación del aborto y el reconocimiento legal del matrimonio homosexual- fueron impuestos en la legislación norirlandesa por el Parlamento en Westminster, equiparando las normas con las que están vigentes en el resto de Reino Unido.
La líder unionista, Arlene Foster, ha mostrado en las últimas semanas su disposición a llegar a un entedimiento sobre una ley que regule la enseñanza y el uso del idioma gaélico irlandés, que reivindican los nacionalistas. Los unionistas son reacios a que la ley afecte a sus votantes, en general opuestos a la obligatoriedad de una lengua con la que no se identifican.
El nuevo jefe del Servicio de Policía de Irlanda del Norte, Simon Byrne, ha escrito una carta a los líderes de los cinco partidos con representación en la Asamblea suspendida en la que les pide más recursos y que resuelvan sus diferencias sobre el complejo capítulo del 'legado' del conflicto, que en diferentes borradores trata de las víctimas, de los crímenes no resueltos y mecanismos de reconciliación.
Tanto Foster como la presidenta del Sinn Féin, Mary Lou McDonald, expresaron su voluntad de llegar a un acuerdo de restauración de las instituciones compartidas. Según ambas, la experiencia de contacto con los electorales durante la campaña les ha confirmado que la queja sobre la prolongada ausencia de gobernación local está muy extendida. Han coincido también en la necesidad de fondos adicionales para acometer problemas de financiación, particularmente en la sanidad pública.
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