La ultraderecha intenta boicotear el homenaje a las víctimas en Bruselas

Las autoridades pidieron a los organizadores que la marcha fuera pospuesta para permitir a la policía utilizar todos sus recursos en la búsqueda de las células yihadistas. En pequeños grupos, los ciudadanos han depositado velas, entonado canciones y rendído homenaje en silencio a las víctimas, bajo la supervisión de las fuerzas de seguridad

La policía ha empleado cañones de agua para dispersar a los 200 manifestantes de ultraderecha. Vestidos de negro, coreaban consignas como "esta es nuestra casa" en la emblemática plaza. Al menos un manifestante fue detenido por la Policía. Vigilados al principio de lejos por las fuerzas antidisturbios, los manifestantes repitieron varios eslóganes contra el grupo yihadista Daesh. Y fueron más allá al gritar "cómplices terroristas, cómplices terroristas", a las cientos de personas instaladas en las escaleras de la plaza de la Bolsa. "El fascismo no pasará", respondían éstos.

Más tarde, los manifestantes se han dispersado y se han dirigido en pequeños grupos a la estación del Norte. "Estado, cómplice de Dáesh", han gritado algunos a la policía y a los militares. Y así la plaza ha ido recuperando la normalidad.

"Vengo cada tarde, y me quedo hasta medianoche por solidaridad. Hay que mostrarse, no hay que esconderse", explicaba Mohamed Said Si Ahmed Haddi, un belga de 50 años, de origen argelino, antes de los altercados. Para Yves Susanne, un impresor de 54 años, "hay que mostrar a nuestros hijos que no tenemos miedo... Incluso si lo tenemos".