Mkel Ayestaran
Jerusalén
Jueves, 8 de octubre 2020, 17:48
¿Orden o deseo? Esa fue la primera pregunta que surgió tras leer el tuit en el que Donald Trump escribió: «¡Deberíamos tener en casa al pequeño número de hombres y mujeres valientes que quedan en Afganistán para Navidad!» A las pocas horas del anuncio ... en las redes, el asesor de seguridad nacional, Robert O'Brien, matizó esas palabras, e hizo alusión a una «reducción» hasta dejar el contingente en 2.500 hombres, lo cual supone que el proceso avanza más rápido de lo previsto ya que el plan inicial era contar para esas fechas con entre 4.000 y 5.000 hombres.
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El mensaje, de marcado sesgo electoral a falta de tres semanas para la votación en Estados Unidos, llegó de forma inmediata a los afganos y las reacciones fueron diferentes. El Gobierno y Ejército aseguraron no tener noticia alguna sobre un posible adelanto en la retirada de sus fuerzas aliadas. Los talibanes lo calificaron de «un paso positivo de cara a la implementación del acuerdo de Doha», según palabras de su portavoz Zabiula Mujahid, que emitió un comunicado con el sello de Emirato Islámico de Afganistán, el modelo de país que los islamistas radicales aspiran a reinstaurar en el futuro próximo.
Catar fue el lugar en el que Washington y talibanes sellaron la paz tras 19 años de guerra. El pacto se firmó el 29 de febrero y los insurgentes se comprometieron a negociar con el gobierno de Kabul y a no atacar a las fuerzas extranjeras, a cambio de su total retirada y de la liberación de 5.000 presos. Siete meses después arrancó el diálogo entre afganos, que discurre entre «una violencia inusitada», debido al alto número de ataques de la insurgencia contra las fuerzas de seguridad nacionales en Afganistán y al gran número de bajas entre civiles, soldados, policías y talibanes.
La prioridad para Washington es sacar a sus tropas cuanto antes y cerrar una guerra de 19 años en la que han sufrido 2.400 bajas. En febrero tenían 14.000 hombres y la hoja de ruta marca el verano de 2021 como fecha final para completar un proceso de retirada que está en marcha y avanza más rápido de lo previsto. Los talibanes cumplen su parte del acuerdo y no atacan a las tropas extranjeras, «pero la guerra sigue en Afganistán», recordó en el canal Tolo el enviado especial estadounidense al proceso afgano, Zalmay Khalilzad.
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