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Iñigo Gurruchaga
Londres
Domingo, 14 de marzo 2021, 10:16
Diputados del Gobierno y líderes de la oposición han criticado la actuación de Scotland Yard, intentando disolver, en ocasiones con el uso de la fuerza, una concentración de varios cientos de personas en memoria de una mujer asesinada por un policía. Tanto la ministra de ... Interior, Priti Patel, como el alcalde de Londres, Sadiq Khan, que son los gobernantes de la Policía Metropolitana, han pedido explicaciones.
La desaparición, hace diez días, de Sarah Everard, de 33 años, cuando caminaba a las 21.30 camino de su casa, en el distrito de Brixton, causó conmoción. El policía Wayne Counzes, de 48 años fue detenido en la tarde del martes como sospechoso del crimen y formalmente acusado del asesinato en la mañana del sábado ante un magistrado.
La asociación «Reclamar Estas Calles» convocó una vigilia en el parque de Clapham Common, cerca del lugar en el que Everard fue vista por última vez. Las organizadoras pusieron énfasis en su voluntad de que transcurriese de manera que cumpliese normas de seguridad sobre la pandemia. Pero Scoltland Yard se ha negado a negociar los términos de la reunión.
Abogados representando a «Reclamar Estas Calles» llevaron a los tribunales la posición de la 'Met' y el juez les dio la razón. La última versión de normas del Gobierno sobre la Covid no incluyen las manifestaciones, como hacían versiones anteriores, en la lista de excepciones a la prohibición de reunirse más de dos personas al aire libre, pero eso no puede interpretarse- confirmó el juez- como que todas las formas de reunión o protesta son ilegales.
Scoltland Yard aceptó que no tiene el poder de prohibirlas todas, pero hace unos días multó con unos 12.000 euros a la organizadora de una protesta de enfermeras contra la decisión del Gobierno de aumentar sus salarios este año un 1%, y advirtió a las organizadoras de la vigilia por Everard que serían multadas la misma cuantía. Los organizadores cancelaron la vigilia ante la ausencia de diálogo.
La duquesa de Cambridge, Catalina, acudió al mediodía al quiosco de música del parque, en torno al que se habían dejado ofrendas florales. No llevaba máscara y la concentración de personas era notable, pero no ofrecía la imagen de una aglomeración en la que el distanciamento no era posible. Cuando oscureció, eran varios cientos y la Policía decidió intervenir.
Empujones, detenciones, gritos de «os debería dar vergüenza»,… Lo ocurrido en Clapham contrastaba con Nottingham, donde la Policía permitió que personas distanciadas se reuniesen en el centro de la ciudad. En otras capitales británicas, las policías regionales prohibieron las manifestaciones. Las organizadoras pidieron que la gente iluminase una vela a las 21.30 del sábado, visible en el exterior de sus casas.
A la espera de las explicaciones de la jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, es probable que lo ocurrido el sábado debilite los argumentos en favor del proyecto de ley del Gobierno, que da más poderes a la Policía para prohibir manifestaciones. Se votará el lunes. Diputados conservadores anticonfinamiento ya han expresado su protesta por lo ocurrido.
Sarah Everard, directora de marketing de 33 años, regresaba hace dos semanas a su casa en el barrio de Brixton tras visitar a una amiga en el vecino distrito de Clapham. En ese camino se perdió su rastro. Tras su desaparición, la Policía obtuvo una imagen de ella captada por la cámara de seguridad de una vivienda, en una avenida de notable tráfico que une directamente los dos puntos. Charlaba por el móvil con su novio, según ha confirmado la investigación.
Wayne Couzens, de 48 años, oficial de la Unidad de Protección Parlamentaria y Diplomática, habría terminado poco antes su turno como vigilante en la Embajada de Estados Unidos. El grupo policial, que opera habitualmente armado, se encarga de la seguridad del edificio del Parlamento y de sedes de legaciones diplomáticas, también de proteger a altos cargos del Gobierno y a dignatarios visitantes.
Oficiales de Scotland Yard le detuvieron en su domicilio en Deal, en la costa sudeste de Inglaterra, en la tarde del martes pasado, como sospechoso del secuestro de Everard. El miércoles se informó de que estaba siendo interrogado como presunto autor del asesinato, después de que pesquisas en un bosque próximo a su casa desembocaran en el hallazgo de «restos humanos». El viernes hubo ya confirmación de que pertenecían a la joven desaparecida.
La mujer de Couzens, con la que tiene dos hijos, también permanecía detenida bajo sospecha de haber prestado asistencia en la comisión del crimen. Según medios británicos, la identificación de Couzens habría sido posible por la obtención de imágenes de video de un automóvil que circulaba por la avenida y que captó la del coche del policía. La investigación no ha encontrado vínculos anteriores entre Everard y Couzens.
El área en la que se produjeron los hechos es la tercera en el ranking de delitos sexuales (que se dividen estadísticamente en violación y 'otros delitos sexuales') en Londres. Estadísticas de Scotland Yard muestran que descendieron drásticamente durante los confinamientos. El promedio en los dos últimos años es de 1.600 delitos de esta categoría cada mes en la capital, una tasa de 4,27 por cada mil habitantes.
Según los datos publicados la semana pasada de una encuesta realizada a mil mujeres británicas, el 97% entre 18 y 24 años y el 80% de todas las edades han sufrido acoso sexual. El 96% de las víctimas no lo denunciaron, el 45% cree que hacerlo no serviría para nada.
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