Rusia estudia si aceptar la propuesta de Biden de reunirse con Putin

Peskov fue emplazado a responder a la pregunta sobre si ha habido ya una respuesta oficial del Kremlin a la invitación de Biden de reunirse con Putin y respondió que «no, no ha habido respuesta oficial. Seguimos estudiando esa propuesta y analizando el asunto». «Como ustedes verán, esta situación requiere un análisis profundo porque las palabras de nuestros colegas sobre tal cumbre van de la mano de declaraciones sobre la necesidad de que Rusia pague algún precio y sobre la inevitabilidad de algún tipo de nuevas sanciones», manifestó el portavoz de la Presidencia rusa.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, confirmó el martes que Moscú no ha aceptado todavía la invitación de Biden para verse con Putin el próximo mes de junio en algún país europeo neutral, pero que ambas administraciones mantienen contactos al respecto. En una entrevista a la CNN, Blinken reconoció no saber ´«si hay una aceptación formal» de Rusia sobre la cumbre, pero sí constató que «se están llevando a cabo conversaciones» para su posible organización.

Según el jefe de la Diplomacia estadounidense, «es importante poder hablar clara y directamente con el presidente Putin o, para el caso, con los líderes de otros países con los que tenemos diferencias significativas». Afirmó que Biden ha sido «muy claro» en este aspecto y también en cuanto a que habrá que responder y «hacer frente a las acciones agresivas e imprudentes de Rusia, aunque sería preferible una relación más estable y predecible».«Pero eso depende de Putin (...) si elige bajar la tensión, entonces creo que hay áreas en las que podemos trabajar juntos en interés mutuo, por ejemplo, en el terreno de la estabilidad estratégica», añadió Blinken.

Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró hoy que están teniendo lugar «discusiones de alto nivel» entre Washington y Moscú para tratar de acordar los términos, fechas y lugar de una eventual cumbre de los dos jefes de Estado. Tales contactos, según Psaki, vienen realizándose «desde principios de esta semana».

Biden le propuso a Putin una cumbre durante la conversación telefónica que ambos mantuvieron, a petición del primero, el pasado 13 de abril. Pero, a renglón seguido, Washington adoptó una nueva tanda de sanciones contra Rusia, incluidas las expulsiones de diez diplomáticos rusos, por llevar a cabo acciones «desestabilizadoras», en primer lugar ciberataques. Moscú respondió con el mismo número de deportaciones de miembros de la legación diplomática norteamericana en Rusia y aplicó otras medidas restrictivas.

Rusia, que intentó sin éxito recomponer sus maltrechas relaciones con Estados Unidos durante el mandato de Donald Trump sabía que con el actual inquilino de la Casa Blanca las cosas no iban a ir mejor. Lo que quizá no esperaba Putin es que Biden le calificase de «asesino» en el curso de una entrevista televisiva emitida en marzo.

El jefe del Kremlin le contestó subrayando que «el que lo dice lo es» y le emplazó a participar con él en una videoconferencia abierta con cobertura a nivel internacional, proposición que el presidente norteamericano no aceptó, aunque admitió que «en algún momento tendremos que hablar». Países como Finlandia, Austria o Suiza se han ofrecido ya para acoger una eventual cumbre ruso-americana.