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rafael M. mañueco
Moscú
Viernes, 12 de febrero 2021, 11:32
Si la Unión Europea aplica nuevas sanciones contra Rusia, esta vez por el encarcelamiento del principal adversario del Kremlin, Alexéi Navalni, Rusia romperá completamente las relaciones con Bruselas. Así lo anunció el jueves por la noche el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, en una entrevista ... al polémico presentador Vladímir Soloviov.
«En el caso de que volvamos a ver, como ya hemos sufrido más de una vez, que se aplican sanciones contra determinados sectores productivos, creando riesgos para nuestra economía incluso en las esferas más sensibles, no queremos aislarnos del mundo, pero debemos estar preparados», declaró Lavrov. Según sus palabras, reproduciendo la vieja frase de la época romana «si vis pacem, para bellum», «si quieres la paz, prepárate para la guerra».
El jefe de la diplomacia rusa se reunió en Moscú el pasado 5 de febrero con el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, en lo que fue la escenificación más patente que se ha visto hasta ahora de la brecha existente entre Bruselas y Moscú. Pese a las numerosas discrepancias, ambos, no obstante, abogaron por «mantener abiertos todos los canales de comunicación».
Tensa reunión. El 5 de febrero Borrell y Lavrov se reúnen en Moscú y chocan por la crítica de la UE al trato a Navalni.
Ante la Eurocámara. El día 9 el jefe de la diplomacia europea sugiere que se impongan nuevas sanciones a Rusia.
Respuesta del Kremlin. El día 11, el ministro de Exteriores amenaza con una ruptura total de relaciones.
Mar de fondo. En el origen de las desavenencias está la anexión de Crimea y el apoyo ruso a los separatistas de Ucrania.
El martes, en una intervención ante el Parlamento Europeo, Borrell habló de adoptar «medidas concretas» para responder a la «deriva antidemocrática y represiva» de Rusia. La posibilidad de aplicar nuevas sanciones se estudiará en el seno del Consejo de Asuntos Exteriores de finales de febrero. El equipo de Navalni ya ha propuesto a Bruselas un paquete concreto de sanciones contra personas del entorno inmediato del presidente Vladímir Putin. Una decisión definitiva podría adoptarse en marzo en el seno del Consejo Europeo.
Borrell lamentó que las autoridades rusas no quieran participar con la UE en un «diálogo constructivo» que incluya derechos humanos y libertades en general. Pero, el miércoles, durante una ceremonia en el Ministerio de Exteriores ruso con motivo del «día del diplomático», Lavrov puso en cuestión «la dudosa interpretación de los valores universales» que hace la UE en relación con Navalni, a quien consideran un «simple delincuente» con cuentas pendientes con la Justicia. Según su punto de vista, «cualquier intento de Rusia por ser independiente, por defender su derecho a aplicar una política exterior propia, choca con la resistencia cada vez más encarnizada de nuestros socios occidentales».
La exigencia de Borrell de que Navalni sea puesto en libertad provocó hace una semana la réplica de Lavrov sobre los presos del «procés», asegurando que «los líderes independentistas catalanes están en prisión por organizar un referéndum, una decisión que la justicia española no ha revocado pese a que tribunales de Alemania y Bélgica fallaron en contra». Añadió además que «España ha defendido su sistema judicial y ha pedido no dudar de sus decisiones. Eso es lo que queremos que haga Occidente en términos de reciprocidad».
El envenenamiento y encarcelamiento de Navalni complica todo acercamiento, pero en el origen de las desavenencias entre Moscú y Bruselas está sobre todo la anexión de Crimea y el apoyo ruso a los separatistas del este de Ucrania. El jueves, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Francia, EE UU, Reino Unido y Alemania acusaron a Rusia de impedir cualquier solución al conflicto.
El disidente ruso Alexéi Navalni, que est viernes afrontó un nuevo juicio, esta vez por «difamar» a un veterano de la II Guerra Mundial, se ha encontrado con que Rusia va a cumplir la sentencia emitida el 10 de noviembre de 2020 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) y le va a indemnizar con la suma de 8.500 euros.
Navalni fue detenido durante una manifestación celebrada en 2012 en contra de la vuelta al Kremlin del presidente ruso, Vladímir Putin, y el TEDH dictaminó que se vulneraron sus derechos, sus libertades y fue privado de un juicio justo. Inicialmente, las autoridades rusas anunciaron que sería recurrida la sentencia, pero est viernes se supo que ha habido un cambio de estrategia y no se producirá tal apelación. Navalni, por tanto, recibirá los 8.500 euros, aunque seguirá en la cárcel.
La sentencia dictada en noviembre es ya la tercera en la que el TEDH da la razón al principal líder opositor ruso: en 2017 y en 2019, también por decisiones judiciales «injustas y arbitrarias» adoptadas en las sucesivas penas de prisión menor que Navalni sufrió entre 2012 y 2013 y por el arresto domiciliario de 10 meses en 2014, que tuvo, según el TEDH «motivación política». Él y su hermano fueron declarados culpables de «estafa y blanqueo de capitales» en un caso relacionado con la firma Yves Rocher y condenados a tres años y medio de cárcel.
Aquella pena quedó en suspenso, pero, tras el regreso, el pasado 17 de enero, de Navalni a Rusia después de tratarse en Alemania del envenenamiento sufrido el pasado verano en la ciudad siberiana de Omsk mientras hacía campaña, se levantó la suspensión. El Tribunal Símonovski de Moscú ordenó entonces que los dos años y ocho meses que le quedaban por cumplir los pase confinado en una colonia penitenciaria.
Este fallo fue precisamente est viernes recurrido por los abogados del líder opositor. Y mientras se resuelve el recurso, Navalni deberá permanecer en los calabozos de la prisión moscovita de Matrósskaya Tishiná.
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