EFE
Estambul
Viernes, 26 de octubre 2018, 17:48
La Policía turca no ha encontrado rastros de ADN en las muestras de agua del pozo situado en la residencia del cónsul saudí de Estambul, uno de los dos edificios investigados en la búsqueda del periodista desaparecido saudí Jamal Khashoggi, informa hoy el ... diario turco Hürriyet.
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Los equipos turcos pudieron acceder por primera vez al consulado el pasado 15 de octubre, trece días después de que Khashoggi entrara en la legación donde fue asesinado, como ya ha admitido Riad, y dos días más tarde obtuvieron permiso para registrar también la residencia consular, situada a unos 200 metros de distancia.
La Policía pretendió vaciar el agua de un pozo situado en la residencia, pero las autoridades saudíes se negaron a permitir el acceso de los bomberos al terreno al no figurar en la lista de nombres previamente consensuada.
Los agentes finalmente inspeccionaron el pozo con una cámara y tomaron muestras de agua, que fueron enviadas a un laboratorio, pero finalmente no se ha detectado ningún rastro de ADN en estas muestras, informa el citado diario.
Por otra parte, Hürriyet informa hoy de que todos los vehículos del consulado fueron sometidos a una limpieza profesional a fondo antes de que los equipos turcos recibieran permiso para registrarlos.
También se ha dado a conocer que la ropa hallada en el coche con matrícula diplomática aparcado desde hace semanas en un aparcamiento del barrio de Sultangazi y encontrado el lunes pasado, pertenecía a uno de los empleados del consulado, agrega el diario.
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Por otro lado, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha exigido a Arabia Saudí que extradite a los 18 detenidos por el asesinato de Khashoggi para que sean juzgados por tribunales turcos.
«Si Arabia Saudí quiere lavar esta mancha, que entregue a estas 18 personas a Turquía y las juzgaremos», dijo Erdogan.
Según la ONU, Khashoggi fue víctima de una «ejecución extrajudicial» perpetrada por el Estado saudita, dijo una experta de Naciones Unidas, quien exhortó a una investigación internacional. «Incluso la propia Arabia Saudita ha admitido que el crimen fue premeditado e involucró a funcionarios estatales», dijo Agnes Callamard, relatora especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, durante una conferencia de prensa.
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«Si actuaron o no en nombre del Estado, eso aún debe ser discutido e investigado», dijo.
Pero Callamard agregó que «las personas involucradas, las personas que lo ordenaron, que lo orquestaron tienen la suficiente jerarquía como para representar al Estado» saudita.
Aseguró también que no ha habido información de que los que lo asesinaron «actuaran completamente» por su cuenta.
La semana pasado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que «asesinos inescrupulosos» podrían ser los culpables, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores, Adel al Jubeir, también culpó a una «operación deshonesta» antes de que el reino citara el jueves la información de Turquía al decir que el asesinato parecía haber sido premeditado.
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«Creemos que debe llevarse a cabo una investigación internacional» , por la «naturaleza del crimen, de la víctima, de las personas involucradas y la locación del supuesto asesinato», dijo Callamard. «Porque estamos hablando sobre un crimen contra un periodista, y la violencia contra los periodistas se ha destacado como una prioridad clave para Naciones Unidas y para varios de los estados miembros».
Según Callamard, con la cooperación de Turquía y Arabia Saudita, esa investigación internacional podría ser presidida por el Consejo de Seguridad de la ONU, la Asamblea General, la Secretaría General o el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra.
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Khashoggi, un colaborador del periódico The Washington Post que criticó políticas del poderoso príncipe heredero Mohamed bin Salmán, había estado exiliado en Estados Unidos por un año.
Fue asesinado el 2 de octubre en el consulado saudita en Estambul, pero su cuerpo no ha sido encontrado. Los medios turcos han publicado detalles de su supuesta tortura y decapitación.
En su primer comentario público sobre el caso, el príncipe Mohamed, el hombre fuerte del reino, denunció esta semana el «repulsivo» asesinato por el cual 18 sauditas, incluido un oficial de inteligencia de alto rango, fueron detenidos.
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Trump, en sus comentarios más recientes, lo calificó como «uno de los peores encubrimientos de la historia».
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