Mikel Ayestaran
Jerusalén
Viernes, 20 de septiembre 2019, 21:43
La comisión electoral publicó los datos definitivos de las elecciones en Israel, que confirmaron una situación de bloqueo político en la cámara. 33 de los 120 escaños son para Azul y Blanco, dos más que el Likud, que ha perdido 28.000 votos con respecto ... a los comicios de abril, pero ninguno de los dos partidos más votados tiene la capacidad de formar una alianza con sus fuerzas aliadas que supere la barrera de los 61 diputados. El presidente, Reuven Rivlin, inicia mañana las consultas para designar un candidato encargado de desbloquear la situación y tanto Benny Gantz, líder de Azul y Blanco, como Benjamín Netanyahu, aspiran a ser los elegidos.
Publicidad
Hasta que la situación se desbloquee, Netanyahu ejerce de primer ministro, como lo hecho durante la última década, y recibió en Jerusalén al enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio y uno de los promotores del llamado Acuerdo del Siglo, Jason Greenblat, judío ortodoxo de 53 años que dejará este cargo próximamente y será sustituido por Avi Berkowitz, también judío y asesor de Jared Kushner. Estaba previsto que el plan se presentara después de las elecciones, pero teniendo en cuenta la incertidumbre que dejan los resultados sigue siendo una incógnita la publicación de un documento que se ha preparado a espaldas de los palestinos.
En campaña, Netanyahu realizó promesas como la anexión del valle del Jordán, un paso que enterraría de forma definitiva la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, en la que trabaja la comunidad internacional desde hace décadas. Según el primer ministro, esta anexión es una opción que contempla el plan de Trump. Pese a la aparente buena sintonía entre el presidente de Estados Unidos y el primer ministro, la derrota en las urnas parece haberle enfriado, según la impresión de varios analistas locales.
Ante la imposibilidad de sumar una mayoría suficiente con fuerzas políticas aliadas, tanto Azul y Blanco como el Likud han puesto sobre la mesa la opción de formar un gran gobierno de unidad nacional, pero la duda radica en la persona a la que le corresponde dirigirlo. Gantz habló alto y claro, como el candidato más votado, y mostró su apoyo a esta gran alianza para formar un gobierno «amplio, liberal y liderado por mí». Netanyahu recordó el gobierno rotatorio acordado entre 1984 y 1988, una fórmula que podría desbloquear la situación actual si Gantz da un paso atrás y acepta a un adversario cercado por la corrupción.
El líder de Azul y Blanco ha basado su éxito en las urnas en la promesa de cambio y de lucha contra la corrupción y ha sugerido en varias ocasiones la posibilidad de que el Likud presente otro candidato diferente a Netanyahu para facilitar el acuerdo. Ante esta posibilidad, el ministro de Cooperación Regional, Tzahi Hanegbi, declaró que un gobierno de unidad con otro miembro del partido que no sea Netanyahu es imposible e «inmoral».
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.