Las periodistas afganas piden protección tras el asesinato de Mina Mangal

«Esta mujer informó de que corría peligro, ¿por qué no se hizo nada al respecto? Necesitamos respuestas», escribió en su cuenta de Twitter la abogada afgana y también militante por los derechos de las mujeres, Washma Frogh, quien se preguntó en voz alta «¿por qué es tan fácil para los hombres de nuestra sociedad matar a mujeres que les disgustan?». De momento no se han efectuado detenciones, pero la madre de la periodista denunció en un vídeo difundido por la familia en las redes sociales que los sospechosos sí fueron apresados, pero quedaron en libertad tras el pago de un soborno. La Policía se limitó a decir que la investigación sigue abierta.

Mangal era uno de los rostros femeninos más mediáticos de Afganistán debido a su trabajo en los canales de televisión Tolo, Shamshad y Lemar. Tras su etapa televisiva pasó a trabajar en la Wolesi Jirga o Parlamento afgano donde ejercía de asesora cultural. Una de sus compañeras en Lemar, Zalma Kharooti, recurrió también a las redes sociales para expresar su dolor y pedir «protección seria para las periodistas» porque Mina «no es la primera, ni será la última».

El periodismo es una profesión de riesgo en Afganistán y más aún si uno es periodista y mujer. En 2018 fallecieron 20 periodistas y trabajadores de medios de comunicación y otros 20 resultaron heridos en incidentes relacionados con el ejercicio de su profesión, el año más mortal para los profesionales de la comunicación en el país, según datos de la organización en apoyo a la libertad de prensa en Afganistán NAI. La nación asiática ocupa el puesto 121 de 180 países en el índice de libertad de prensa de 2019 de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).