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Mikel Ayestaran
Corresponsal en Jerusalén
Viernes, 5 de abril 2019, 22:25
La imagen de reformas y apertura en Arabia Saudí que el príncipe heredero, Mohamed bin Salmán, trata de transmitir al mundo volvió a quedar sepultada por una nueva oleada de detenciones de personas próximas a activistas de derechos humanos. Al menos ocho escritores y blogueros, ... entre ellos dos con doble nacionalidad saudí y estadounidense, fueron arrestados en los últimos días en la primera operación de este tipo que llevan a cabo las fuerzas de seguridad del reino desde que estalló el 'caso Khashoggi', el periodista crítico con el régimen que fue asesinado y descuartizado en el Consulado de su país en Estambul y cuyo cadáver aún no ha aparecido.
El crimen ha dañado de forma severa la imagen exterior que el joven príncipe heredero quiere transmitir del reino e incluso el propio Bin Salmán ha quedado señalado como posible responsable de haber dado la orden de asesinar al columnista del diario 'The Washington Post', aunque la Justicia de su país le exime de cualquier responsabilidad. Colaboradores muy cercanos del favorito del rey Salmán figuraban en el comando enviado a Turquía para silenciar a Khashoggi.
El grupo de derechos humanos radicado en Londres ALQST, encargado de supervisar las violaciones de los derechos humanos en Arabia Saudí, identificó a los ciudadanos estadounidenses detenidos como el doctor y escritor Bader al-Ibrahim y Salah al-Haidar, hijo de Aziza al-Yusef, relevante activista que fue detenida en mayo y que está siendo sometida a juicio en un proceso en el que hay una decena de personas imputadas. La mayoría son mujeres, las líderes del movimiento que primero se movilizó para conseguir derechos como el de poder conducir, y las acusan de asociación ilícita con el fin de «socavar la seguridad, la estabilidad del reino y su paz social y dañar su unidad nacional».
La organización Amnistía Internacional denunció a través de su directora en Oriente Medio, Samah Hadid, que «las autoridades saudíes parecen empecinadas en silenciar a cualquiera que ose alzar la voz o incluso comentar sus opiniones en privado», según recogió la agencia France Presse. Hadid alertó de que las últimas detenciones «van más allá de los activistas y parece que ya otros segmentos de la sociedad son también objetivo. Es un patrón muy peligroso».
Un total de 36 países, entre ellos los 28 miembros de la Unión Europea en bloque, secundaron en marzo en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas una condena sin precedentes contra la deriva autoritaria de Arabia Saudí y alertaron del «uso de la ley antiterrorista y otras normativas de seguridad nacional contra individuos que ejercen pacíficamente sus derechos y libertades».
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