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Itamar Ben Gvir, en primer término, con el jefe de Gobierno, Benjamín Netanyahu, cuando mantenían una relación cordial. EFE
Netanyahu sufre el primer revés político con la dimisión de su socio ultra Poder Judío

Netanyahu sufre el primer revés político con la dimisión de su socio ultra Poder Judío

El ya exministro de Seguridad Interior, Itamar Ben Gvir, justifica la salida del Gobierno en que el pacto es un «acuerdo de rendición al terrorismo» que infringe todas las líneas rojas

M. Pérez

Domingo, 19 de enero 2025, 17:48

La entrada en vigor del alto el fuego ha supuesto la ruptura de la coalición de Gobierno en Israel. El partido ultranacionalista Poder Judío ha salido del poder y consuma así la amenaza proferida el viernes como protesta por el acuerdo con Hamás en Gaza. Aunque el primer ministro, Benjamín Netanyahu, se apoya en esta formación y en Sionismo Religioso, ambas de extrema derecha, todavía conservará la mayoría necesaria para mantenerse en el cargo.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, el de Patrimonio, Amichai Eliyahu, y el de Negev, Galilea y Resiliencia Nacional, Yitzhak Wasserlauf, presentaron este mismo domingo sus cartas de renuncia. En una carta a Netanyahu, Ben Gvir dijo que el compromiso con la milicia islamista es un «acuerdo de rendición al terrorismo» del primer ministro, que cruza todas las líneas rojas. También tres diputados del partido, Zvika Fogel, Limor Son Har-Melech e Yitzhak Kroize, han renunciado a continuar en los comités de los que formaban parte. Así, «a partir de este momento el partido Otzma Yehudit (Poder Judío) no será miembro de la coalición», declaró la formación en un comunicado.

Su salida reduce la mayoría de la coalición de Netanyahu en el Parlamento a 62 o 63 disputados, frente a los 68 que tenía hasta el momento. Es, por tanto, una mayoría la que conserva, pero muy exigua si se tiene en cuenta que la Cámara la forman 120 parlamentarios. El acuerdo con Hamás también irrita profundamente al aliado ultra que le queda, pero de momento Sionismo Religioso ha decidido quedarse al lado del primer ministro. No obstante, le pone una condición muy difícil de cumplir para el jefe del Gobierno: acabar con Hamás.

En su carta de renuncia, Ben Gvir afirma que el gabinete ha hecho «logros significativos bajo su liderazgo», pero opina que el alto el fuego representa un «acuerdo de rendición al terrorismo» que cruza todas las líneas rojas ideológicas. «Es una victoria completa para el terrorismo», escribe el ya exministro, quien advierte que no volverá a coaligarse en un Ejecutivo »sin una victoria completa contra Hamás y la plena realización de los objetivos de la guerra«. El dirigente de Poder Judío precisa, en cualquier caso, que «no tenemos intención de trabajar para derrocar al Gobierno», pero votará en todas estas cuestiones según «nuestra conciencia».

En la relación de renuncias no figura Almog Cohen, diputado de Poder Judío que constituye una especie de verso suelto y que recientemente ha roto varias veces la disciplina de partido. En este caso, es el único cargo de la formación que en la reunión del Gobierno el sábado votó a favor del acuerdo de Israel con Hamás. «No hay ningún buen acuerdo con el diablo; era un diablo antes y seguirá siendo un diablo después del acuerdo. Pero no hay más opción porque el diablo es quien secuestró a nuestros hermanos», subrayó. Cohen está ahora pendiente de la decisión de su partido de mantenerle o expulsarle de sus filas.

Un Gobierno «militar»

Dentro del Ejecutivo no las tienen nada consigo. La incertidumbre sobre el futuro del alto el fuego siembra inquietud. El primero en expresarlo ha sido el responsable de la cartera de de Asuntos Exteriores, Gideon Sa'ar, quien ha advertido del riesgo de que Hamás vuelva a tomar el control de la Franja. Un nuevo Gobierno de la organización islamista «no sólo es un peligro para la seguridad de Israel, sino también una pesadilla para los propios palestinos. Si permanece en el poder, la inestabilidad regional que provoca podría continuar», añadió.

En un tono mucho más agresivo, el radical Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, ha instado a crear un «gobierno militar» en Gaza y pedido que el ejército ocupe este territorio para evitar la reconstrucción de la milicia armada. «No hay otra manera de derrotar a Hamás», ha señalado el líder del partido ultra Sionismo Religioso, socio de la coalición gubernamental de Netanyahu. Una vez que Poder Judío está fuera de alianza, las palabras de Smotrich se han vuelto indispensables. Y ha amenazado con »derrocar al Ejecutivo si no vuelve a luchar de una manera que nos lleve a tomar el control de toda la Franja«; Unas manifestaciones que levantan dudas sobre la perdurabilidad del Gobierno actual.

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