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Diana Martínez
Viernes, 18 de febrero 2022, 15:02
Apenas dos semanas después del doloroso desenlace del rescate al pequeño Rayan que llevaba cinco días atrapado en un pozo a 32 metros de profundidad en Marruecos, Afganistán sufre la misma desgarradora historia con Haidar, un niño de entre cinco y siete años que cayó ... el martes a un hoyo a unos 25 metros bajo tierra. Los equipos de rescate se han volcado durante estos días en localizar al menor pero, aunque pudieron sacarlo a primera hora de la mañana, falleció por un problema respiratorio. Su muerte fue certificada durante su traslado a un hospital de la provincia de Zabul.
El equipo de rescate consiguió perforar ayer por la tarde una roca que obstruía el camino hacia el pequeño. Al igual que ocurrió en Marruecos, vecinos de la zona se volcaron con la familia y recolectaron suministros para Haidar (como agua, galletas y un móvil para que pudiera hablar con su padre, que permanecía agonizante en la superficie con la esperanza de abrazar de nuevo a su pequeño), que le bajaron a través de un cable. Un vídeo compartido en redes sociales muestra parte de una conversación entre ambos. «Hijo, por favor, no llores», le decía al borde de las lágrimas el progenitor al niño, quien le pedía que bajara él a buscarle.
En una carrera contrarreloj, los trabajadores y las máquinas intentaron acercarse lo más rápido posible a la cavidad en la que se encontraba Haidar. A pesar de la incorporación el jueves de diferente maquinaria de extracción procedente de la vecina provincia de Kandahar, los refuerzos llegaron tarde. Según señaló la dirección de Cultura e Información de la provincia de Zabul, Sharafat Wayar, para entonces ya se temía que el niño se encontraba en estado «crítico» porque ya no se le escuchaba. «Había dejado de llorar».
Cuando llegaron hasta el pequeño todavía estaba vivo, pero su estado «no era bueno» y tuvo que recibir atención médica «en el lugar», ha subrayado Ahmadulá Wasiq, un portavoz adjunto del Gobierno talibán. «El equipo médico le suministró oxígeno. Pero cuando intentó llevarlo hasta el helicóptero, murió», ha explicado Zabiulá Jawhar, portavoz de la policía de Zabul. El deceso ha sido confirmado también por el alto oficial político Anas Haqqani. «Pertenezco a Dios, y a Dios vuelvo. Lamentablemente, el niño Haider ha sido apartado de nosotros para siempre. Nuestro país es de nuevo el anfitrión de la tragedia. Que Dios conceda paciencia al pueblo afgano, especialmente a la familia de Haidar, y traiga manantiales de alegría», ha publicado en su cuenta de Twitter. «Es un nuevo día de duelo y tristeza para nuestro país».
Una desgracia similar asoló Marruecos hace apenas dos semanas con el pequeño Rayan. Tras permanecer cinco días atrapado en un pozo a 32 metros de profundidad al que cayó el pasado martes, una tragedia que puso en vilo al país y que unió a la población con oraciones de esperanza, el equipo de rescate logró sacar al niño de cinco años pero ya sin vida. El desenlace de la operación era aguardado con ansiedad tanto en el reino magrebí como en el resto del mundo, que llenaba las redes sociales con mensajes de solidaridad. Después de este doloroso desenlace, el Ministerio del Interior marroquí ordenó la demolición de pozos abandonados cerca de los centros de población para que accidentes como este no volvieran a ocurrir.
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