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Un misil lanzado desde Yemen alcanzó una zona muy sensible de Israel, cerca de Tel Aviv y a pocos kilómetros del aeropuerto de Ben Gurion. Es la tercera vez desde el comienzo de la guerra que los hutíes logran penetrar con éxito la defensa antiaérea y afirman que esto demuestra que «Israel está absolutamente expuesto». Los hutíes atacan Israel en solidaridad con Hamás y forman parte del llamado 'eje de la resistencia', liderado por Irán.
Las sirenas sonaron en el centro del país a primera hora de la mañana y al menos nueve personas resultaron heridas cuando corrían a los refugios. Fueron heridas leves. El misil «se desintegró en el aire», según el ejército. La defensa antiaérea intentó derribarlo y se produjo un pequeño incendio y algunos daños materiales sin importancia, causados por la caída de los proyectiles a tierra. Por encima de los daños, este nuevo ataque supone un serio aviso de la capacidad de los hutíes de Yemen.
Benjamín Netanyahu reaccionó diciendo que «los hutíes ya deberían haber sabido que cobramos un alto precio por cualquier intento de dañarnos (…) Aquellos que necesiten un recordatorio pueden visitar el puerto de Hodeida«. El primer ministro recordó a sus enemigos el bombardeo israelí contra este puerto en julio, en respuesta al dron que impactó en Tel Aviv y mató a una persona.
Mientras los israelíes hacían un balance de daños, Hezbolá comenzó a lanzar cohetes y en unas pocas horas atacó con más de 150 proyectiles el otro lado de la frontera.
Los medios libaneses informaron que el ejército israelí arrojó panfletos en la aldea fronteriza de Wazzani, en el sur del Líbano, ordenando a los civiles de la zona que evacuaran «antes de las cuatro de la tarde» debido «a la actividad de Hezbolá en la zona»
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