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Israel responde con duros bombardeos a Hamás y promete reducir sus refugios «a escombros»

El número de muertes supera el medio millar mientras la aviación israelí ataca varias infraestructuras en Gaza y pone como objetivos a los líderes de la milicia islamista

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Sábado, 7 de octubre 2023

El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha advertido a los habitantes de Gaza que «se marchen ahora» porque Israel convertirá en «escombros» todos los lugares donde se esconde Hamás y el ejército parece decidido a cumplir su promesa. Las Fuerzas de Defensa israelíes han golpeado con ... extrema dureza la Franja durante esta madrugada del domingo, en respuesta a la incursión realizada ayer por cientos de milicianos de la organización islamista, que atacaron varias bases militares, tomaron enclaves fronterizos y se llevaron un número indeterminado, pero indudablemente elevado, de rehenes, entre soldados y civiles. La declaración de Netanyahu, «ciudadanos, estamos en guerra», se ha completado con una nueva advertencia del jefe del Gobierno respecto a que la confrontación será «larga», mientras el ejército ha atacado hasta una decena de objetivos de «alto valor» en Gaza, entre ellos la sede de la Inteligencia de Hamás en busca de su máximo responsable.

«Los aviones de combate han atacado una infraestructura militar que se encontraba en la residencia del jefe del departamento de Inteligencia de la organización terrorista», han informado las Fuerzas de Defensa de Israel, que han iniciado además una campaña de ataques selectivos contra otros altos cargos de Hamás. Asimismo, el ejército ha confirmado una serie de bombardeos nocturnos contra diez infraestructuras operativas, dos sucursales bancarias y un almacén de armas que proporcionaba logística a los milicianos. Se ha aplicado además un «cierre militar» en la Franja, por lo que «entrar en la zona está estrictamente prohibido».

Hamás ha señalado, por su parte, que algunos de sus milicianos todavía protagonizan «duros combates» dentro de territorio israelí. El número de víctimas mortales hasta ahora supera el medio millar; Israel contabiliza 300 fallecidos mientras en Gaza se han producido 259 muertes. Los heridos se cuentan por miles.

El portavoz del ejército, Richard Hecht, ha confirmado la evacuación de los asentamientos próximos a la frontera y anunciado que miles de habitantes serán trasladados a otros lugares seguros para evitar «daños colaterales». A los palestinos de Gaza no se les desalojará, aunque Hecht les ha aconsejado que «se vayan al norte, al sur o al este» para evitar las consecuencias de la respuesta militar israelí a la ofensiva de Hamás. Según este portavoz, la valla de la Franja fue sobrepasada en 29 puntos por los milicianos durante su incursión del sábado, aunque todos ellos están ya de nuevo bajo control israelí. En estos momentos hay ocho operaciones activas en el sur de Israel en busca de «atacantes. Daremos una respuesta muy dura a Hamás tras este ataque inhumano», ha señalado Hecht.

También Israel ataca esta mañana con artillería y drones el área del Líbano después de que Hezbolá lanzara varias andanadas de mortero contra su territorio en «solidaridad» con los palestinos. El partido-milicia ha tenido como objetivo «tres posiciones del enemigo sionista en las granjas ocupadas de Shebaa en Radar, Zebdine y Roueissat el Aalam, utilizando numerosos proyectiles de artillería y cohetes guiados», según un comunicado de la propia Hezbolá, que en los últimos tiempos se había mantenido al margen en anteriores conflictos entre israelíes y palestinos.

Regreso a la guerra

La guerra ha vuelto a Gaza y esta vez lo hizo con Hamás marcando el ritmo de los acontecimientos con una operación por tierra, mar y aire sin precedentes. En las primeras veinticuatro horas de choques más de cuatrocientas personas perdieron la vida y por encima de mil resultaron heridas después de que Hamás superara todas las barreras para penetrar en territorio enemigo y capturar al menos 57 prisioneros, según sus medios afines. Además se lanzaron más de dos mil cohetes desde la Franja, algunos de los cuales alcanzaron Jerusalén y Tel Aviv. Los combates dentro de las localidades vecinas a Gaza se alargaron durante horas en un escenario nunca antes vivido en el conflicto.

El comandante en jefe islamista, Abú Khaled al-Deif, fue el encargado de anunciar el inicio de la operación 'Diluvio de Al-Aqsa' y adelantó que se trata de un movimiento nacido en Gaza que «se extenderá a Cisjordania y al extranjero, a todo lugar donde nuestra gente y nuestra nación esté presente». Al-Deif se refirió en todo momento a la necesidad de proteger la mezquita de Al- Aqsa, en Jerusalén, el gran símbolo que sigue uniendo a todos los palestinos por encima de sus diferencias ideológicas y que en los últimos tiempos ha sido escenario de batallas campales con las fuerzas de seguridad israelíes. Ismael Haniye, dirigente político del movimiento, confirmó la intención de «extender la operación a Cisjordania» e insistió en que «nuestro objetivo es claro: liberar nuestra tierra».

Pasadas cinco horas Israel respondió con el anuncio de la puesta en marcha de la operación 'Espadas de Hierro' y la aviación comenzó a bombardear la Franja con dureza. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, compareció ante la nación para declarar el «estado de guerra». El general Ghassan Alian, enlace militar con los palestinos en los territorios ocupados, dijo que Hamás había abierto «las puertas del infierno, ha tomado su decisión y ahora pagará el precio».

En las primeras horas de los bombardeos los servicios médicos de la Franja elevaron a 198 los muertos y dos grandes torres fueron reducidas a escombros. Vecinos consultados en el interior de Gaza confirmaron la dureza de los «bombardeos más duros» que habían sufrido nunca.

Fallos en barreras y controles

Expertos en la región como Avi Issacharoff describieron lo sucedido como «el auténtico 11-S de Israel y si esto no lleva a una operación terrestre a gran escala, es el final del actual Gobierno», recogió el portal Walla!. En anteriores operaciones, la entrada por tierra a la Franja siempre se ha medido mucho por el alto coste que puede suponer en forma de bajas entre las tropas.

Por primera vez desde que los islamistas se hicieron con el control de la Franja en 2007 y comenzó el bloqueo, las unidades de élite de las Brigadas Al-Qassam, brazo armado de Hamás, lograron cruzar todas las sofisticadas barreras y sistemas de vigilancia y llegaron hasta una decena de localidades israelíes vecinas y una base militar, sembrando el caos y la muerte entre los residentes. El movimiento táctico de Hamás sorprendió a las fuerzas israelíes, acostumbradas a llevar la iniciativa en las ofensivas lanzadas sobre Gaza, y las redes se llenaron de vídeos con ataques de drones palestinos contra tanques y vehículos militares, excavadoras destrozando la verja de seguridad, milicianos atravesando la frontera en parapente, furgonetas y motos y regresando a la Franja con soldados y civiles capturados.

Los terroristas anuncian que la operación 'Diluvio de Al-Aqsa' «se extenderá a Cisjordania y al extranjero»

Un escenario apocalíptico para un país que lleva más de una década levantando un sistema de seguridad con una inversión multimillonaria, que en el momento de la verdad hizo aguas. Cámaras, sensores de última generación, torretas armadas, drones de vigilancia… Nada pudo prevenir el mayor desastre de la seguridad israelí de los últimos años.

Este «fallo colosal» de seguridad, en palabras del analista David Horovitz en 'The Times of Israel', dejó en estado de shock a un país que se preguntaba «¿dónde están el ejército, los servicios de Inteligencia y la Policía?». Muchas cuestiones que Netanyahu y su Gobierno no pudieron contestar en las primeras horas. Consultado al respecto de cómo había sido posible semejante infiltración enemiga, el portavoz castrense, el coronel Richard Hecht, se limitó a responder que «es una buena pregunta» y no hizo más comentarios.

Un grupo de palestinos baila sobre un tanque israelí. DPA

En las operaciones militares de 2008, 2012, 2014, 2019 y 2021 siempre se había producido una escalada previa o algún acontecimiento puntual que había llevado a la explosión. En esta ocasión, Israel pensaba que había logrado disuadir a Hamás, pero ocurrió todo lo contrario. En los ataques israelíes de los últimos años contra Yihad Islámica, incluidos los asesinatos selectivos de sus cabecillas, Hamás había permanecido al margen, sin lanzar un sólo cohete, pero no era por disuasión, era porque esperaba su momento. Y ese momento llegó a las seis y media de la mañana del sábado 7 de octubre, una fecha que pasará a la historia del conflicto.

Negociaciones

Cada una de las ofensivas ha terminado siempre con una negociación en la que ambas partes llegaban a un acuerdo que era un simple paréntesis hasta el siguiente combate. En las últimas negociaciones, Hamás contaba con los cadáveres de dos soldados y dos civiles para usarlos como moneda de cambio. Además retiene a decenas de civiles y soldados con vida. En ocasiones anteriores, los islamistas siempre exigían el final del bloqueo, pero apenas conseguían leves concesiones en el férreo control israelí sobre una Franja asfixiada por tierra, mar y aire.

La infiltración enemiga revela un fallo colosal de un Gobierno que se gasta miles de millones en sistemas de seguridad

Para Israel la aplicación del principio de recuperar a los cautivos es primordial. La captura, el secuestro o la conservación de los restos de miembros de las fuerzas de seguridad hebreas son un arma poderosa en manos de grupos como Hezbolá o Hamás, que han logrado a cambio la liberación de miles de presos. El caso de Gilad Shalit fue el último de ellos y supuso la excarcelación de 1.027 reos palestinos. Ahora los islamistas cuentan con decenas de cautivos y esto se convierte en una herramienta de presión incalculable sobre Netanyahu.

El primer ministro israelí hizo un llamamiento a la unión y la respuesta de la oposición fue inmediata. Yair Lapid ofreció dejar a un lado las diferencias políticas para formar un Gobierno de unidad nacional y afrontar juntos el estado de emergencia. Lapid advirtió de que «el Estado de Israel está en guerra. No será fácil y no será corto. Tiene consecuencias estratégicas que no hemos visto en muchos años. Existe un grave riesgo de que se convierta en una guerra en múltiples frentes».

Un día muy largo

Ataque sorpresa

A las seis y media de la mañana un millar de miembros de las Brigadas Al-Qassam, brazo armado de Hamás, logró cruzar todas las sofisticadas barreras y sistemas de vigilancia y llegó hasta una decena de localidades israelíes vecinas de Gaza y una base militar, sembrando el caos y la muerte entre los vecinos.

Combates

Luego los terroristas mantuvieron tiroteos con soldados israelíes en los asentamientos cercanos a la Franja. A última hora del día, algunos milicianos permanecían atrincherados y con rehenes en varias localidades del sur del país.

Contraataque

Pasadas cinco horas, Israel respondió con el anuncio de la puesta en marcha de la operación 'Espadas de Hierro' y la aviación comenzó a bombardear la Franja con dureza.

El combate continúa

El ejército israelí indicó anoche que aún libraba combates en «veintidós lugares» del territorio contra «cientos de infiltrados» que habían penetrado en el país «por aire, mar y tierra». El Ministerio de Energía ordenó cortar el suministro de electricidad de la Franja, donde viven 2,3 millones de palestinos.

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