La UE llama a relanzar un proceso de paz entre Israel y Palestina

Un texto breve que, por tratarse de un consejo de ministros de Exteriores informal, no es concluyente. De hecho, Hungría se desmarcó, pese a que el sentido de la narración es abierto y flexible, algo que el propio Josep Borrell reconocía no «comprender» pero que tampoco pareció inquietarle en exceso. La cuestión es que la UE da prioridad a lo más urgente: «El cese inmediato de toda la violencia, la aplicación de un alto el fuego, la protección de los más débiles y el pleno acceso a la ayuda humanitaria en Gaza».

El alto número de víctimas que se está cobrando esta nueva escalada del perenne conflicto en la región, «muchas de ellas niños», se considera «inaceptable». La UE condena los ataques con misiles sobre territorio israelí de Hamás y se apoya el derecho a defenderse de Israel, «pero de forma proporcionada y respetando el derecho humanitario internacional». El respeto al estatus de los lugares santos, el fin de las expulsiones y una «solución política auténtica» se suman a la lista de peticiones de los ministros de Exteriores europeos.

«Pensamos que la seguridad para ambos (Israel y los palestinos) exige una solución política auténtica y para llegar a ello tendremos que abrir un horizonte político y explorar un espacio de diálogo entre las partes para el potencial relanzamiento del proceso de paz que lleva mucho tiempo estancado», destacaba el Alto Representante de Política Exterior de la UE.

La «urgencia» y el carácter «extraordinario» con el que Bruselas remarcaba la importancia de la cita telemática de este martes fue puesta en entredicho por llegar tras una semana de escalada constante en el conflicto. La Comisión se había defendido del reproche aduciendo cuestiones de agenda (la dificultad de reunir a todos los dignatarios) y que, en todo caso, la UE no se ha puesto de perfil en todo este tiempo con llamadas al fin de la violencia desde Bruselas, pero también desde las distintas capitales. No obstante, se hacía necesario un mensaje común.

En los últimos días, Borrell ha mantenido conversaciones con el presidente palestino Mahmoud Abbas y con el ministro de Exteriores de Israel, Gabi Ashkenazi. También con otros responsables políticos de Egipto (Sameh Shoukry), Jordania, (Ayman Safadi) y Turquía (Mevlüt Çavuşoğlu). Y horas antes de su cita con los ministros europeos, conversó con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.

En suma, un intercambio de puntos de vista sobre «cómo la UE y Estados Unidos pueden contribuir conjuntamente a poner fin a la violencia y reducir las tensiones» en Oriente Próximo. Mirando más allá, argumentaba Borrell. «necesitamos iniciativas a más largo plazo para romper la dinámica del conflicto y revivir la perspectiva de un futuro pacífico para todos».

El trasfondo, en cualquier caso, es conocido desde hace años. En este polvorín, la UE está llamada a jugar un papel poco relevante. El propio Borrell, en un alarde de sinceridad, lo reconocía la pasada semana en un acto organizado por el Real Instituto Elcano en Madrid. La Unión no tiene «capacidad de mediación. Es algo que solo puede hacer Estados Unidos, suponiendo que quiera, vamos a ser realistas». Y la apertura de Jon Biden en las últimas horas a relanzar el proceso de paz abre esa vía.