Un paramédico con el servicio médico de emergencia nacional Magen David Adom AFP

Israel se asoma a un nuevo aislamiento

El Gobierno decidirá el domingo si decreta la cuarentena total del país tras constatar que el coronavirus está «fuera de control»

mikel ayestarán

 Jerusalén

Miércoles, 15 de julio 2020, 21:43

La curva de infecciones de Israel está a punto de llegar a los 2.000 casos diarios, la línea roja marcada por el ministro de Salud, Yuli Edelstein, para decretar un nuevo confinamiento a nivel nacional. El responsable de Sanidad confirmó ayer en una ... entrevista concedida al diario 'Yedioth Ahronoth' que la vuelta al encierro de todo el país «se pondrá sobre la mesa en la reunión del Gobierno del domingo» y lamentó que «las medidas que hemos tomado no son suficientes y debemos tomar una decisión sobre nuevas restricciones. ¿Qué más podemos hacer para evitar el confinamiento?».

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Tras un rápido desconfinamiento para intentar recuperar la normalidad lo antes posible, la cifra de contagios se ha duplicado en las últimas semanas y ya superan los 43.000. Hasta el momento 375 personas han fallecido en el país desde el inicio de la pandemia. El uso obligatorio de la mascarilla, el cierre de bares, gimnasios y piscinas o la limitación del número de asistentes a bodas y eventos no han logrado moderar la curva.

Los expertos de los ministerios de Salud y Defensa que asesoran al Gobierno piensan que el virus está «fuera de control». En los hospitales hay 529 pacientes ingresados, de los que 56 precisan ventilación asistida. El diario 'Haaretz' desveló el problema con los ventiladores que afronta Israel ante esta segunda oleada porque de los 15.000 que se compraron, en una inversión de 253 millones de euros, «solo ha llegado una décima pequeña parte y entre ellos hay modelos de baja calidad».

     

Crisis de Gobierno

Las fuentes sanitarias consultadas por este diario revelaron también «la baja calidad» de los equipos de protección adquiridos para el personal médico, lo que habría llevado a las autoridades a «intentar revenderlos a países subdesarrollados». Ante el aumento de los casos, el Ejército anunció contratos con ocho nuevos hoteles para aislar allí a los infectados, con lo que el Ministerio de Defensa contará con veinte centros de cuarentena en todo el país.

La incapacidad de hacer frente a la crisis sanitaria ha provocado una fuerte tensión dentro del nuevo Gobierno y, según varias encuestas de medios locales, se ha hundido la popularidad del primer ministro, Benjamín Netanyahu. El líder del Likud admitió que la reapertura de la economía «fue prematura», pero se justificó diciendo que «queríamos poner a tantos de ustedes nuevamente en la fuerza laboral como sea posible». Sus socios de la coalición Azul y Blanco pidieron a Netanyahu que «deje de evadir responsabilidades» y apostaron porque sea el Ejército quien lidere la respuesta a la pandemia.

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Ante la perspectiva de un nuevo confinamiento, ministros como el de Ciencia y Tecnología, Izhar Shay, pusieron sobre la mesa modelos alternativos a base de cierres parciales durante las noches y fines de semana para intentar limitar el impacto en la economía.

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