Un herido recibe asistencia médica en medio del asalto. Reuters

Fuerzas especiales de Israel asaltan el hospital de Al-Naser en busca de terroristas y cuerpos de rehenes

El ejército trata de localizar a milicianos de Hamás «que se esconden detrás de civiles heridos» mientras los gazatíes informan de que los soldados «disparan contra todo» y hay al menos un palestino muerto y seis heridos

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Jueves, 15 de febrero 2024, 13:06

Las fuerzas especiales de Israel asaltaron este jueves el hospital de Al Nasser, en Khan Younis, tras lograr «datos de inteligencia creíbles» que apuntan a que Hamás mantuvo rehenes heridos ingresados y «podría haber cuerpos de cautivos fallecidos enterrados en el recinto». Tras casi un ... mes de cerco y veinticuatro horas después de ordenar a gritos mediante los altavoces de los carros de combate la evacuación de los 10.000 desplazados que habían encontrado allí refugio, los militares irrumpieron por la fuerza en el centro médico. Dentro quedaban al menos 1.500 civiles, unos 300 pacientes absolutamente incapaces de ser trasladados y casi 200 miembros del personal médico.

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El portavoz militar, Daniel Hagari, justificó «una operación quirúrgica y limitada» en el complejo al decir que «Hamás usa de manera sistemática los hospitales como centros de terror». Al Nasser es el mayor hospital operativo en Gaza tras los daños sufridos por el de Al Shifa, en Ciudad de Gaza, durante el asalto israelí en noviembre. El 30 de enero, comandos disfrazados de médicos y civiles entraron también en el hospital de Yenin donde mataron a tiros a tres combatientes de Hamás heridos.

El portavoz precisó que «no es obligatoria la evacuación de heridos y del personal sanitario», puesto que con la misión «no buscamos dañar a civiles inocentes. Buscamos encontrar a nuestros rehenes y traerlos a casa. Buscamos cazar a los terroristas de Hamás». Los mensajes oficiales contrastan con las palabras de médicos como Khaled Alserr, uno de los pocos cirujanos que permanecen en su puesto, quien declaró a AP que los israelíes abrieron fuego a primera hora de la mañana e hirieron a siete pacientes. Algunos medios afirman que otro palestino ingresado en el complejo murió en una de las refriegas. En la víspera, un médico también resultó herido leve tras un ataque de un dron.

Varios vídeos muestran la dureza de la operación, con médicos y enfermeros que atienden a los pacientes mientras se escuchan disparos o civiles que tratan de bloquear las puertas con el mobiliario. Otras grabaciones muestran al personal del centro evacuando a los enfermos en camillas por pasillos inundados de humo y sin apenas luz. Fuentes gazatíes informaron que las tropas conviertieron el complejo en un «barracón militar» tras dinamitar un muro y causar severos destrozos. Añadieron que en los días anteriores hubo varias víctimas como consecuencia de los francotiradores israelíes apostados alrededor del hospital. Tras el ataque, cientos de pacientes, muchos de ellos heridos en los bombardeos de la aviación, se amontonaban en las salas en sillas de plástico.

Haitham Ahmed, responsable de Urgencias, habló con la cadena en árabe de BBC y dijo que «el almacén de suministros médicos se ha incendiado en los enfrentamientos y parte de la infraestructura del hospital está afectada por lo que las aguas residuales fluyen sin control y existe el temor de que lleguen a los departamentos de urgencias y radiología».

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Un hombre intenta bloquear una puerta del hospital. Reuters

Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció que «la gente se ha visto obligada a vivir una situación imposible. O quedarse en el hospital en contra de las órdenes del ejército y convertirse en un objetivo potencial, o salir del complejo hacia un paisaje apocalíptico». Uno de los profesionales de MSF «está desaparecido» desde el inicio del asalto militar.

Israel acusa a Hamás de usar los hospitales y de atrincherarse entre heridos y civiles para usarlos como escudos humanos, los islamistas lo niegan y apenas queda algún periodista sobre el terreno para poder tener una voz diferente a la de los dos bandos. Según un comunicado de Hamás, el asalto al Al Nasser «es la continuación de la guerra de exterminio lanzada por Israel» y las acusaciones contra ellos son «mentiras» que «no lograrán quebrar la voluntad del pueblo palestino».

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Un hombre se lleva a su padre hacia Rafah tras haberlo evacuado del hospital antes del asalto. Reuters

Un centro «vital»

Las líneas rojas han desaparecido, ya son más de 28.000 los palestinos muertos, la mayoría mujeres y niños, y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) investiga la acusación contra Israel por cometer genocidio contra el pueblo palestino. Sin embargo, nada frena a un Estado judío dispuesto a llegar hasta el final para vengar la masacre del 7 de octubre.

Según los datos de ONU, apenas 13 de los 36 hospitales de la Franja tienen algo de actividad, Al Nasser es «vital», en palabras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo al que Israel niega el acceso al centro desde hace días y que ha perdido el contacto con su personal del mismo. «No podemos perder ese hospital, es de importancia crítica», declaró Rik Peeperkorn, enviado de la OMS a Palestina, pero hace tiempo que en esta guerra nadie escucha las advertencias del organismo internacional.

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Lo previsible es que cuando Israel termine su trabajo en Al Nasser y haya desenterrado todos los cuerpos sepultados en el recinto -momento en el que se sabrá si hay restos de los rehenes-, las tropas avancen hasta el cercano hospital Al Amal, donde ya realizó una redada la semana pasada. La batalla por Khan Younis se ha convertido en la más dura desde el inicio de la operación en Gaza ya que es uno de los grandes bastiones de Hamás.

El Gobierno de Tel Aviv tiene un ojo puesto en Khan Younis y otro en Rafah, ciudad del sur de la Franja en la que se hacinan 1,5 millones de palestinos. Benjamín Netanyahu ha congelado las negociaciones con Hamás para un nuevo alto el fuego y su prioridad es asaltar Rafah, el último lugar que le queda al ejército por ocupar y donde espera cazar a los líderes de la milicia y liberar a los 134 cautivos que quedan en manos de facciones palestinas. Netanyahu también ha rechazado los planes de Estados Unidos de presentar un plan de paz que pase por establecer un Estado palestino porque considera que valorar esta opción en estos momentos supondría todo «un regalo» para Hamás.

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«Es el momento de la victoria, lo demás será después de Hamás»

El Gobierno israelí respondió este jueves airadamente a la posible confección de un «cronograma» entre Estados Unidos y los países árabes para, en caso de llegarse a una tregua, implementar una serie de medidas encaminadas a evitar que la guerra en Gaza se desborde y lograr «una paz duradera». Según informó 'The Washington Post', la propuesta concedería totales garantías de seguridad a Tel Aviv y la normalización de las relaciones con los Estados árabes. A cambio, la Franja sería rehabilitada y comenzarían a darse pasos hacia un Estado palestino, extremo éste que enfureció al gabinete israelí: «Ahora es el momento de la victoria sobre Hamás, lo demás vendrá después de Hamás», señaló el Ejecutivo para zanjar cualquier posible plan. La Autoridad Palestina se ofreció este jueves a asumir el control de Gaza.

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