Michel se disculpa y Von der Leyen exige que no se repita un 'sofagate'

Lo hicieron a puerta cerrada, en una sala del complejo de edificios del legislativo en Bruselas, y ante el presidente David Sassoli y los jefes de los grupos políticos. Una comparecencia de algo más de una hora con exposición individual y posterior intercambio de opiniones que terminó con una cascada de mensajes destinados a sofocar el incendio.

La imagen machista del Palacio Presidencial de Ankara ha socavado la voz internacional de la UE; desató un torrente de peticiones de dimisión hacia Michel por su torpeza e inacción; y ha evidenciado tanto las diferencias entre los dos altos dignatarios europeos como la descoordinación entre las instituciones que representan. Son algunas de las sacudidas del 'sofagate'; un episodio que «no debe volver a repetirse», como se ha subrayado desde la Comisión Europea y se ha reconocido por parte del Consejo.

Michel, de hecho, asumía su parte de culpa en la cita ante los eurodiputados, expresaba su «profundo pesar» por lo sucedido y pedía disculpas a todas las mujeres y en especial a su colega quien ya la víspera, según fuentes de su entorno, le había dejado «claro» que no volverá a pasar por otro desaire en el futuro. El liberal belga insistió además «en la unidad y el espíritu de equipo de la UE» y abogó por «avanzar y centrarse en las prioridades y desafíos» a los que se enfrenta.

Von der Leyen fue la primera en acceder a la sala, pero Michel intervino antes que ella por espacio de quince minutos. Ambos, a la derecha de Sassoli, con amplia separación en cumplimiento de las medidas de seguridad por la pandemia. La clave del acto no estaba tanto en ahondar en los detalles como en extraer lecciones.

«Se debe mejorar la voz de la UE en el mundo. ¡Necesitamos una voz en el escenario internacional!», subrayaba el presidente de Renew Europe, Dacian Ciolos. Un claro mensaje de «reformas» en la actual dinámica de representación internacional que evite nuevas colisiones y que también exigieron los socialistas.

Un plan de protocolo que permita encajar perfectamente las potestades que el artículo 15 de los Tratados otorga tanto al máximo representante de la institución que agrupa a los Estados, como al Ejecutivo comunitario. Y en el que se recoge expresamente que «el presidente del Consejo Europeo garantiza, a su nivel y en su calidad, la representación exterior de la Unión en los asuntos relacionados con la política exterior y de seguridad común, sin perjuicio de las competencias del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad» (en la actualidad, Josep Borrell), que depende directamente de Von der Leyen. El plan se debería presentar en el Parlamento a finales de este mes.