Lukashenko: «El bloqueo de Polonia a las mercancías afectaría a Rusia y China»

Tras una reciente reunión con su homóloga de Estonia, Kaja Kallas, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, anunció el posible cierre de la frontera con Bielorrusia y más sanciones contra las autoridades de Minsk debido a la crisis migratoria. El gobierno polaco también amenazó con cerrar el puesto de control ferroviario cerca del cruce fronterizo en Kuznica, si la situación con los migrantes no se estabiliza.

Pero, independiente de las medidas que pueda adoptar Polonia, la actual situación ya está afectando al tránsito de camiones internacionales en dirección a Rusia. Según el diario ruso Kommersant, en el puesto fronterizo de Bobrowniki, situado un poco más al sur del de Kuznica, se ha formado un atasco de camiones de 30 kilómetros. Kuznica es el epicentro de los actuales intentos de los migrantes de penetrar ilegalmente en Polonia.

Las empresas rusas de logística temen que las interrupciones en los suministros provoquen escasez en la víspera de las próximas fiestas y un aumento de los precios. Kommersant asegura que cada vehículo de carga tarda una media de 80 horas en realizar los trámites para pasar la frontera. El rotativo ruso asegura que los camiones también están teniendo dificultades en carreteras de circunvalación alternativas a través de Letonia y Lituania.

El despótico líder bielorruso comentó también durante el encuentro con el Ejecutivo que está todavía «esperando una respuesta» de la canciller alemana, Angela Merkel, y la UE en relación con la propuesta lanzada la semana pasada de crear un «corredor humanitario» para enviar 2.000 migrantes a Alemania, precisamente los que estaban junto a la valla fronteriza y ahora se encuentran alojados en un gran almacén de logística cerca de la localidad bielorrusa de Grodno. Minsk declaró el jueves que tiene en su territorio unos 7.000 ilegales procedentes fundamentalmente de Siria e Irak, de los que 5.000 serán repatriados a sus países de origen. El primer avión de regreso a Irak partió el jueves desde Minsk con unos 400 migrantes y está previsto un segundo vuelo antes de finales de mes.

Pero Alemania terminó de dejar claro este lunes que no acogerá a los 2.000 migrantes que desean las autoridades bielorrusas calificando tal idea de «inadmisible». Lo ha dicho el

portavoz del Gobierno germano, Steffen Seibert, durante una rueda de prensa. Antes lo había anunciado ya el ministro del Interior en funciones de Alemania, Horst Seehofer. La idea se la planteó Lukashenko a Merkel en sendas conversaciones telefónicas mantenidas el lunes y el miércoles de la semana pasada.

Sin embargo, para la líder opositora bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, tales contactos están fuera de lugar. A su juicio,«¿qué diálogo se puede tener cuando hay gente detenida y torturada cada día? en Bielorrusia. Señaló que »se nos ha dicho que no fue una señal de legitimación del régimen, que, por motivos humanitarios se trataba de ayudar a las personas bloqueadas (…) pero, desde el punto de vista de los bielorrusos, parece muy extraño«.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, relativizó el impacto de la crisis migratoria en la frontera con Polonia al señalar que en Italia durante 2021 penetraron 60.000 ilegales. A su juicio, «presentar a unos 3.000 iraquíes como una amenaza para la Unión Europea» es cuando menos «guerra informativa» lanzada por Occidente contra el régimen de Lukashenko.