Kiev y Moscú negociarán por tercera vez este fin de semana

Este pasado jueves ambas partes acordaron establecer corredores humanitarios en las zonas de combate y se emplazaron «pronto» para otra audiencia en la que podría tratarse un «posible» alto el fuego durante las evacuaciones. La celeridad de la nueva cita hace pensar que ese acuerdo podría estar cerca, aunque a tenor de las declaraciones hechas por ambas partes tras el anuncio de la negociación, las posturas distan mucho de acercarse.

Durante su charla con Scholz, el presidente ruso negó que sus tropas hayan bombardeado Kiev o cualquier otra ciudad del país vecino y no dudó en calificar esas acusaciones de «groseras falsedades». Además, supeditó el diálogo a que «todas las demandas rusas sean satisfechas». Entre ellas figuran el estatuto neutral y no nuclear del territorio ahora ocupado, su «desnazificación», el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia y la «soberanía» de los separatistas de los territorios del este de Ucrania. Según un comunicado emitido por Moscú tras la conversación con el canciller, Putin espera que «los representantes de Kiev adopten una posición razonable y constructiva» durante la celebración del tercer ciclo de negociaciones. Además insistió en que el objetivo de la ofensiva es «proteger a la población del Donbás».

La respuesta de su homólogo ucraniano no se hizo esperar. Según publicó a media tarde el ministerio de Defensa en su Facebook, «la posición del comandante en jefe supremo, el presidente Volodimir Zelensky sobre las conversaciones con la Federación de Rusia sigue siendo dura: Ucrania no aceptará ninguna concesión que pueda socavar nuestra lucha por la integridad territorial». Su asesor, y representante en las negociaciones del jueves, Mykhailo Podoliak, desveló durante una rueda de prensa celebrada en Leópolis, que el tercer encuentro se celebrará en Bielorrusia «porque la parte rusa renuncia a cualquier otro país mediador».

«Tal vez más adelante haya otro país. Turquía, Hungría o Polonia, por ejemplo (...) porque Bielorrusia se utiliza como trampolín para atacar nuestras ciudades», lamentó. En este sentido, remarcó que Kiev no confía en el Gobierno ruso «en absoluto» por lo que abogan por tener un mediador internacional «responsable». El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, descartó esta posibilidad y señaló que las negociaciones deben llevarse a cabo «en silencio» y «no ser objeto de publicidad». «Las delegaciones tienen la oportunidad de transmitir sus posiciones entre sí de manera clara y sin intermediarios innecesarios», concluyó Peskov que admitió que «por el momento, no se ha hablado de firmar documento alguno».

Tras una jornada en la que la sombra del desastre nuclear planeó sobre toda Europa, la huida de la población ucraniana de la guerra continuó y los bombardeos rusos no cesaron, el anuncio de la nueva ronda de diálogo entre ambas partes supone una pequeña esperanza. Incluso el propio Podoliak dejó algún detalle para el optimismo durante su rueda de prensa al desvelar que las conversaciones del jueves fueron «muy constructivas, por extraño que parezca».