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M. P.
Lunes, 7 de febrero 2022, 21:20
Diez días después de que cientos de camioneros tomaran el centro de Ottawa en protesta por las normas que obligan a vacunarse a todo transportista que trabaja a los dos lados de la frontera con Estados Unidos, el alcalde, Jim Watson, declaró el «estado de ... emergencia». La decisión fue adoptada el domingo (madrugada de este lunes en España) después de que el Ayuntamiento y la Policía concluyeran que la situación está «fuera de control», con el centro de la capital canadiense paralizado y el miedo metido en el cuerpo de los vecinos que denuncian insultos, acoso, robos y amenazas.
El deterioro al que ha llegado la protesta causa enfado e incredulidad entre los canadienses, que se preguntan cómo la falta de reacción policial e institucional ha ocasionado un «asedio» que empieza a ser comparado con el asalto al Capitolio de EE UU del 6 de enero de 2021. Políticos locales y regionales de Ontario hablan ya de una «insurreción nacional» y algunos significados miembros del Partido Liberal, al que pertenece el primer ministro, Justin Trudeau, se preguntan qué hace el Gobierno ante la aparente impunidad de los manifestantes acampados y de cientos de camiones cerrando el paso al tránsito.
Pese al aumento de las críticas a su gestión y a que las cabezas tractoras invaden incluso la avenida donde se ubica la sede del Gobierno, tanto Trudeau como la ministra de Defensa, Anita Anand, confían en un desenlace pacífico y han descartado un despliegue del Ejército, ya que «no es una fuerza policial». El ministro de Seguridad Pública, Marco Mendicino, prefiere no hablar de asedio sino de «elementos preocupantes», pero admite que la población «no se siente segura». El alcalde Watson lo ve con mayor pesimismo. «Es la emergencia más grave a la que se ha enfrentado nunca la ciudad», asevera, mientras espera que la declaración permita «reducir la burocracia», aumentar la ayuda policial y equipar mejor a los agentes capitalinos.
De momento, más de 1.500 efectivos regionales han sido enviados a Ottawa y ocupan zonas estratégicas a la espera de órdenes. Las fuerzas locales han detenido a seis personas e imputado a otras sesenta por agresión, robo o destrucción de propiedades privadas. Y han impuesto un centenar de multas por bloquear las calles, conducción temeraria o hacer trompos con los camiones.
Un periódico diseccionaba este lunes las claves de un cerco que empieza a desgastar a todos los niveles de la Administración de Trudeau y concluía que dos de las principales ha sido la falta de preparación de la Policía y su escasez de reflejos para planificar una respuesta. Los analistas tampoco se explican la razón de que nadie haya cortado el suministro de alimentos o bombonas de gas a los acampados. Un concejal explicaba este lunes que en Ottawa ya hay más manifestantes que policías.
Al 'Convoy de la libertad' que hizo su entrada el pasado día 29, se han sumado miles de personas anónimas o pertenecientes a grupos opuestos a las restricciones anticovid y las vacunas. Se supone que entre ellos se han infiltrado colectivos radicales que han extendido las protestas a Toronto, Edmonton, Halifax y Vancouver. Una evidencia reside en que han recibido 1.4 millones de dólares a través de una plataforma de recaudación online que también obtuvo ingresos para el grupo extremista Proud Boys, partícipe en el asalto al Congreso de EE UU. El domingo, mientras un equipo policial se acantonaba en el estadio, un hombre encaramado al techo de un camión ondeaba la bandera de Canadá frente al Parlamento vestido solo con un tanga a varios grados bajo cero.
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