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Lourdes Gómez
Corresponsal. Londres
Lunes, 15 de marzo 2021, 22:17
El Gobierno británico salió adelante con una polémica propuesta legislativa para restringir el derecho de protesta mientras continúa efervescente la rabia e indignación por el asesinato de Sarah Everard y la represiva actuación policial durante la vigilia que se celebró el sábado en memoria de ... todas las víctimas de la violencia sexual.
«El derecho a la protesta es la piedra angular de nuestra democracia, pero el deber del Gobierno continúa siendo evitar que se pierdan más vidas perdidas en la pandemia», afirmó en los Comunes la ministra de Interior, Priti Patel. Cientos de personas ignoraron su consejo de «no participar en reuniones numerosas ni atender protestas» y se concentraron en la plaza del Parlamento antes de bloquear la circulación en el puente del Big Ben.
Era la tercera jornada de manifestaciones desde la desaparición de la experta en marketing digital, de 33 años, mientras caminaba a su casa la noche del 3 de marzo. Un policía del cuerpo diplomático de Scotland Yard ha sido acusado del crimen. En videos grabados durante la vigilia del sábado, que se colgaron en las redes sociales, se oye a un agente expresar «vergüenza» por la presunta culpabilidad de su colega mientras intenta dispersar a las participantes. La operación fue duramente criticada por políticos, agentes sociales y las propias afectadas.
«No hay duda de que las escenas que vimos son muy preocupantes», dijo el primer ministro, Boris Johnson. Sin embargo, el mandatario conservador volcó su confianza en la jefa de la policía londinense, Cressida Dick, y aseguró su asistencia a una reunión del Grupo en Crimen y Justicia, que convocó anoche para discutir «medidas adicionales para proteger» a las mujeres y «asegurar que estén a salvo en las calles».
Patel, a su vez, ordenó una investigación independiente de la operación policial durante la vigilia de Clapham. La duquesa de Cambridge también se acercó al memorial de flores que se formó en el kiosko de música del parque, que la víctima posiblemente cruzó camino de su casa en el sur de Londres. Catalina infringió las reglas del confinamiento del covid-19 con su discreto pero significante gesto social, según se desprende de la aseveración de la ministra que limitó a los residentes del barrio el derecho a dejar flores en el lugar en el marco legal de la pandemia.
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