Zelenski pide a la ONU que castigue a Rusia: «Nadie encontrará una vacuna contra el mal de la radiación»

El castigo tendría que empezar por arrebatar a Rusia el lugar privilegiado que ocupa en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde es uno de los cinco países con asiento permanente y derecho a veto, «al menos mientras dure la agresión». No se puede ser juez y parte de un crimen. «Mientras el agresor forme parte del proceso para tomar decisiones en los organismos internacionales, debe ser aislado de las mismas», pidió. «No le dejéis votar. Quitadle su derecho a veto. Retirad los derechos a su delegación».

Los diplomáticos que le escuchaban en la ONU expresaron en privado su escepticismo ante lo que sería un proceso largo y complejo en una organización muy burocrática, donde se lleva décadas hablando de una reforma. No obstante, el alto representante de la diplomacia europea, Josep Borrell, que a esas horas se dirigía una reunión de emergencia con los 27 ministros de Exteriores de la UE «para preparar una respuesta común en la ONU» ante la escalada rusa, admitió a este diario que, «al menos se debería plantear».

Horas antes el propio presidente Joe Biden, que representa a otro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, también dijo en su discurso ante la Asamblea General que «ha llegado la hora de que esta institución se haga más inclusiva para que pueda responder mejor a las necesidades del mundo de hoy». Se refería a la ampliación del Consejo de Seguridad, máximo órgano de la ONU en el que el mundo entero se rota diez asientos, mientras que EEUU, China, Rusia, Francia y el Reino Unido lo dirigen forma permanente.

«EEUU apoya aumentar el número de miembros, tanto permanentes como no permanentes», anunció. Y es, además, partidario de que quienes lo tienen «refrenen el uso del derecho a veto», que paraliza la acción del único órgano de la ONU cuyas resoluciones son vinculantes. Biden limitaría su uso a «raras y extraordinarias situaciones» para garantizar su credibilidad y efectividad.

Solo si se privase a Rusia de ese derecho mientras siga de agresor podría considerarse el resto de las medidas punitivas propuestas por Zelenski, que habló por videoconferencia en su tradicional camiseta verde oliva de presidente en guerra, gracias a la venia aprobada por la Asamblea General. El mandatario ucraniano pide la creación de un tribunal especial que juzgue los crímenes rusos, para que tenga también un efecto disuasorio. Avanzó, además, que apelará a la Asamblea General de la ONU para que apoye la creación de un mecanismo de compensación internacional.

«Rusia debe de pagar por esta guerra con sus bienes», pidió. Ese castigo «es el más terrible para los oficiales rusos, que valoran el dinero por encima de cualquier otra cosa». Por eso pide que no se permita a sus ciudadanos disfrutar del turismo o las compras en otros países, para inducirles a luchar contra las agresiones de su propio estado.

Hay más: La protección de la vida. Este es el segundo punto de su «fórmula para la paz», que plantea como una hoja de ruta para cualquier otro país que pueda encontrarse en circunstancias similares. Mientras hablaba, recordó, continúan las exhumaciones de cadáveres enterrados en 445 fosas comunes de las que han salido hombres, mujeres, niños y ancianos. Entre ellos, un hombre castrado antes de ser asesinado, «y no es el primer caso», reveló. «Por favor, pregúntenle a los representantes rusos por qué el ejército ruso está tan obsesionado con la castración. ¿Qué se le ha hecho a ellos para que quieran hacerle esto a otros?».

Zelenski cree que las amenazas nucleares de Putin «no son un farol». Prueba de ello son los misiles que han caído a solo 300 metros de los reactores nucleares de Zaporiyia, la mayor central nuclear de Europa. «Eso les convierte a todos ustedes en objetivo», avisó. «porque ninguno encontrará una vacuna contra el mal de la radiación».

El chantaje nuclear es difícil de evadir, pero para el energético propone limitar el precio de las exportaciones de gas y petróleo «hasta que se conviertan en bienes comunes», en lugar de armas. «¿Irá el mundo a por ello, o se asustará de las amenazas rusas?», retó.