Ha causado conmoción la muerte de decenas de personas en un edificio de viviendas en Dnipró bajo el impacto de un 'asesino de portaaviones' Kh-22, un misil naval readaptado para emplearlo contra blancos en tierra. Está siendo ya habitual que las Fuerzas Armadas rusas ... reajusten misiles navales, o antiaéreos S-300 o S-400, para atacar objetivos en tierra.
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Serguéi Surovikin, al que los medios rusos llamaban 'General Apocalipsis', fue quien inició esta táctica de ataques sistemáticos a la retaguardia ucraniana. Su cese no se ha debido a los pobres resultados obtenidos sino a las luchas de poder internas, pues vemos que su reemplazo, Valeri Gerásimov, mantiene los mismos métodos sanguinarios, Sin embargo, a lo largo de la historia estas tácticas han ofrecido escasos resultados. Las destrucciones en las infraestructuras nunca son suficientes para incapacitar al enemigo. Lo destruido se reconstruye, mejor protegido y mucho más escondido, y la población civil no se desmoraliza y se rinde, sino que clama venganza.
La potencia de fuego empleada por Putin es en realidad bastante reducida. Un misil Kh-22 lleva una carga explosiva de 950 kilos. Un S-300 puede llevar entre 70 y 140, según versiones. Un misil de crucero Kalibr, 500. Un misil balístico Iskander, 480. Sin embargo, cualquier ciudad británica o alemana durante la Segunda Guerra Mundial podía sufrir en una sola noche cien toneladas de bombas explosivas, o doscientas, o incluso más. Al mismo tiempo, si tus misiles tierra-tierra se agotan y tienes que improvisar con misiles antibuque o antiaéreos, no es sorprendente que se pierda mucha precisión.
La falta de medios empieza a rozar lo humillante para una fuerza militar que se jactaba de ser la segunda del mundo. Es normal que los inventarios de municiones en tiempo de paz sean reducidos y se agoten pronto. El verdadero problema es la débil o nula capacidad de producción que está mostrando la industria rusa. Resulta vergonzoso para Putin tener que comprar cientos de drones en Irán, cuando en teoría Rusia debería ser capaz de diseñar y producir decenas de miles de drones, saturando con ellos los cielos de Ucrania.
La desindustrialización de Rusia comenzó hacia 1980, cuando la URSS empezó a depender de sus exportaciones de petróleo para compensar las crecientes ineficiencias del sistema. El proceso se ha acelerado y agravado durante los 22 años de desgobierno de Putin. Para reasegurar su poder personal a toda costa, Putin ha 'castrado' a todo el país, desmantelando la Administración y las instituciones, mientras gran parte de la economía era devorada por oligarcas afines al régimen. Por lo tanto, aunque Rusia posee inmensos recursos, el régimen de Putin es incapaz de ponerlos en acción.
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En resumen: Putin está desperdiciando la escasa potencia de fuego que le queda en ataques de escasa o nula eficacia militar. Pero en el pensamiento militar ruso siempre ha existido la tendencia a creer que brutalidad + superioridad numérica = eficacia. Y así han perdido muchas guerras, igual que van a perder ésta.
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