El Reino Unido anuncia una subida fiscal generalizada para combatir la recesión

La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, una agencia independiente que audita las cuentas del Estado, estima que la carga impositiva será del 37,1% del Producto Interior Bruto en 2027-28, el mayor nivel desde la Segunda Guerra Mundial. Pronostica una reducción del tamaño de la economía en un 1,4% y la recuperación del PIB anterior a la pandemia al final de 2024.

El aumento de los gravámenes se reparte entre empresas y contribuyentes mediante congelaciones de las deducciones automáticas e ingresos libres de impuestos o variaciones en el umbral de renta a partir del cual se ha de pagar un porcentaje. El Gobierno permitirá a los ayuntamientos aumentar las cargas municipales en un 5%.

Según el cálculo del periódico 'Financial Times', el plan incrementa en 34.000 millones la carga impositiva y reduce en 28.000 el gasto público. El mantenimiento de niveles de gasto previstos en la primavera en servicios públicos a pesar de la inflación, 11% en el último cálculo y estimada en un 7,4% en 2023, posiblemente incitará a la proliferación de huelgas. Las rentas disponibles de los contribuyentes descenderán un 4% este año y un 3% en 2023, la mayor caída registrada en la era moderna.

Por contra, Hunt sube el salario mínimo para los mayores de 23 años a 12 euros la hora, actualiza las pensiones y subsidios a la inflación de septiembre (10,1%) y se compromete a aumentos sustanciales en los presupuestos de la sanidad pública y la asistencia social, y de la educación, que el ministro señaló como las prioridades de Rishi Sunak.

El Gobierno estaba obligado que hacer frente a los retos de un déficit fiscal que ha aumentado drásticamente este año como consecuencia del coste de los intereses de la deuda, a pesar de que es una de las más bajas del G-7. El minipresupuesto de la ex primera ministra Liz Truss provocó una reacción negativa de los mercados de capitales, que agravó la situación. La política del nuevo Gobierno ha calmado a los mercados.

El objetivo es reducir los intereses que paga el Reino Unido por su deuda. Hunt establece el principio de que el endeudamiento anual no debe pasar del 3% del PIB, este año será del 7,1%, y que la deuda nacional debe iniciar su descenso en cinco años. La reacción al plan del Gobierno ha sido templada, después de que Sunak reconociese en la reciente reunión del G-20 que la reputación del Reino Unido había sufrido «un golpe» este año.

El deterioro de la economía británica se debe a una secuencia de eventos imprevistos. La crisis financiera de 2008 provocó una reducción del 6% del PIB. El Brexit también ha causado daño, según el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey. Según YouGov, el 56% de los británicos cree que la marcha de la UE fue un error y el 32% la considera un acierto.

Pero Hunt, partidario de la permanencia en la UE, lo ha aprovechado para prometer una nueva ley que cambie la norma comunitaria de solvencia de compañías aseguradoras. Permitirá al poderoso sector británico liberar decenas de miles de millones a la inversión. Sería uno de los componentes de una estrategia de crecimiento que mantiene los planes de construcción de infraestructuras, pero con una congelación de la inversión de capital público en el corto plazo.

La pandemia, la guerra en Ucrania y el gasto del Estado para amortiguar el espectacular aumento de los precios de la energía han sumado deuda y problemas a una economía que crece poco y vive con inquietud el estancamiento de la productividad desde hace más de una década. La inestabilidad política reciente no ha permitido el establecimiento de una estrategia coherente.

El plan presupuestario del Gobierno es una trampa a la oposición, ha afirmado la responsable de Economía en la oposición laborista, Rachel Reeves. Las encuestas dicen que el partido de la izquierda aventaja a los conservadores en la predilección del voto por diferencias que oscilan entre 24 y 19 puntos.