Así recibe Polonia a los refugiados: bocadillos, café y muñecos para los niños

Desde que comenzó la crisis, muchos voluntarios polacos se esfuerzan por hacer menos traumática la llegada de ucranianos, la mayoría mujeres y niños.

En las estaciones de tren se espera a las personas que llegan con bocadillos, café caliente y muñecos de trapo para los más pequeños. A esa calurosa recepción se suman algunos vecinos que, con instrumentos musicales, ofrecen a los refugiados piezas que les puedan evocar los mejores recuerdos.

A unos metros de una de las estaciones, por ejemplo, la escuela de la ciudad polaca de Przemsyl se ha convertido en un centro de acogida para quienes llegan a la frontera sin prácticamente nada.

En la ciudad de Rzeszów, también cercana a la frontera, personas como Joanna Zieba reciben en su propio hogar a varios de estos refugiados. En la estación de tren, Joanna encuentra a Anna y su hija Milena, quienes acaban de llegar desde Ucrania, y las lleva a su casa.

Son gestos solidarios para quienes han tenido que dejarlo todo atrás en una guerra que denuncian altera todo el orden internacional.