Putin reforzará su flota con nuevos misiles hipersónicos en los próximos meses

El Ártico se está «transformando en una región de competencia internacional, no solo desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista militar», subraya la doctrina. Por ello, Moscú incrementará la seguridad en las aguas adyacentes a su país –con especial intensidad el mar Negro y el mar de Azov, donde quiere desarrollar un «fortalecimiento integral de su posición»–, así como en el Mediterráneo oriental y los estrechos del mar Negro, Báltico y las islas Kuriles (estas últimas protagonizan la disputa entre Rusia, que pretende realizar ejercicios militares en el archipiélago, y Japón, que insiste en que no se lleven a cabo tales operaciones).

Putin planea, asimismo, intensificar los ejercicios marítimos en el Ártico para elevar su capacidad para responder a la «actividad militar de Estados extranjeros en las aguas de la Ruta del mar del Norte». Prevé también expandir la infraestructura militar en Crimea, anexionada en 2014, así como la construcción de nuevos portaaviones y un sistema para la incorporación del misil hipersónico Zirkon de última generación, que entrará en servicio en los próximos meses en la fragata 'Almirante Gorshkov'.

Con este plan, en el que se reconoce la falta de bases rusas en el exterior como una debilidad estratégica, Moscú pretende «construir nuevos puntos para dar servicio a la Marina en la región de Asia-Pacífico y el mar Mediterráneo».