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PARÍS
Lunes, 4 de julio 2022, 17:21
Nuevas caras en el Gobierno francés, pero sin cambios de calado a pesar del varapalo de las elecciones legislativas. El presidente, Emmanuel Macron, apostó este lunes por un Gobierno de continuidad al mantener a pesos pesados del gabinete saliente y prescindió de Damien Abad, el ... ministro de Solidaridad acusado de violación por varias mujeres.
Macron constató el rechazo de los partidos de la oposición a participar en un acuerdo de Gobierno o de coalición. Macron pidió a sus ministros que «aguanten» porque el nuevo quinquenio será difícil. El presidente, con mayoría relativa en la Asamblea Nacional, se verá obligado a pactar de forma puntual con unos u otros partidos para aprobar leyes y sacar adelante las reformas.
La remodelación se produce dos semanas después de los comicios, en los que el partido del presidente y sus aliados perdieron la mayoría absoluta en la Cámara baja del Parlamento. «El presidente ignora una vez más el veredicto de las urnas y el deseo de los franceses de otra política», reaccionó la líder ultraderechista Marine Le Pen, decepcionada por los cambios ministeriales.
Élisabeth Borne, primera ministra desde mayo, seguirá al frente del Ejecutivo. Borne deberá pronunciar mañana su discurso de política general ante la Asamblea Nacional. «No solicitará el voto de confianza de los parlamentarios», confirmó Oliver Véran, nuevo portavoz del Gobierno y exministro de Sanidad, pues «la confianza no se pide, se construye». La primera ministra no está obligada a someterse a este ejercicio.
Por ello, La Francia Insumisa, el partido de Jean-Luc Mélenchon, confirmó que este miércoles presentará una moción de censura contra el Ejecutivo para que «no maltrate la democracia impunemente». El portavoz del Gobierno lamentó que Mélenchon quiera censurar a Borne antes incluso de que hable en el hemiciclo.
Una remodelación del gabinete era necesaria para reemplazar a tres ministras y una secretaria de Estado que no lograron escaño en la Asamblea Nacional. Macron y Borne también debían encontrar un reemplazo para la ministra de Ultramar, Yaël Braun-Pivet, que ha sido elegida presidenta de la Asamblea Nacional, la primera mujer en acceder a este cargo.
Algunos pesos pesados continuarán en los mismos puestos, como Gérald Darmain (Interior), Bruno Le Maire (Economía), y Éric Dupond-Moretti (Justicia). También siguen Catherine Colonna (Exteriores) y Pap Ndiaye (Educación), nombrados en mayo. Y vuelve al Ejecutivo la combativa Marlène Schiappa, secretaria de Estado para la Economía Social y Solidaria y de la Vida Asociativa.
El exsecretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, asumirá la cartera de Transportes. Laurence Boone, economista y exconsejera de François Hollande, será la nueva responsable para Europa. Entre las nuevas caras destacan los nombramientos del médico de urgencias François Braun como ministro de Sanidad y de Christophe Béchu, un político cercano al exprimer ministro Édouard Philippe, como responsable de Transición Ecológica y Cohesión de los Territorios.
El nuevo Ejecutivo galo respeta la paridad: 21 mujeres y 21 hombres. Pero el reparto de cargos no es igualitario. De los 16 ministros que hay, once son hombres y cinco mujeres. En cambio, nueve de diez secretarías de Estado están ocupadas por mujeres.
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