La Policía abate al yihadista que mató con un fusil a dos aficionados suecos en el centro de Bruselas

Al parecer, un testigo ha alertado a la policía de que había visto al sospechoso del ataque en una cafetería de Scharbeek poco después de las ocho de la mañana de este martes. Las fuerzas de seguridad se han acercado al lugar y, durante la intervención, han disparado al sospechoso. Los equipos de emergencia han asistido al hombre y han tratado de reanimarlo. Fue trasladado a un hospital cercano, donde se ha certificado su muerte pasadas las 9.30 horas. En la cafetería se encontró un arma militar y una bolsa deportiva con ropa, según ha informado la fiscalía federal.

Los ciudadanos de Bruselas apenas han podido conciliar el sueño esta madrugada, después del suceso de ayer. Según el relato de algunos testigos, sobre las siete de la tarde el terrorista bajó de un ciclomotor y abrió fuego de forma indiscriminada contra un grupo de gente y contra otras dos personas que se encontraban en un taxi, en el Boulevard d'Ypres, una avenida en el centro de la ciudad. Dos personas murieron y una tercera, el conductor del taxi, fue herida, pero su vida no corre peligro.

Aunque las razones detrás del suceso aún no están claras y la investigación sigue, parece que el atacante iba armado con un fusil tipo Kalashnikov y gritó 'Alahu akbar' (Alá es grande) antes de efectuar los disparos. Después el hombre entró en un local donde abrió fuego contra la gente que allí se encontraba, antes de huir del lugar en su vehículo.

El hombre, según los testigos, iba vestido con un casco blanco y un chaleco reflectante. Este lunes a la tarde se disputaba el encuentro para la clasificación de la Eurocopa de 2024 entre las selecciones de fútbol de Bélgica y Suecia. Las víctimas iban vestidas con la camiseta del conjunto sueco. Antes del partido, que se jugó en el estadio de Heisel, hubo un minuto de silencio. En el descanso, por petición de la expedición sueca, el partido se suspendió.

La Policía investiga lo ocurrido como un «ataque terrorista», ya que -además del grito proferido por el asesino-, en las redes sociales circula un vídeo el que el atacante explica que el tiroteo se trataría de una venganza y que había matado «a tres infieles». En el mismo vídeo, el hombre explicaba que «será Dios» quien le juzgue.

Medios belgas han identificado al presunto atacante como un hombre de origen tunecino y residente en Bruselas, domiciliado en el municipio de Schaerbeek, de 45 años. Según La Libre Belgique, es demandante de asilo desde 2019. La televisión estatal belga ha mostrado una foto distribuida por la policía que se correspondería con la imagen del hombre que reivindica el ataque en las redes sociales.

Nivel 4 de alerta

Según una traducción del diario 'Le Soir', en el vídeo, el presunto autor se identifica como Abdesalam. «Vivimos por nuestra religión y morimos por nuestra religión, gracias a Dios. Vuestro hermano Abdesalam ha vengado a los musulmanes, acabo de matar a tres suecos», dice en la grabación. La prensa ha identificado el acento de este hombre de tupida barba como de origen tunecino. El portavoz de la fiscalía ha confirmado que «se ha realizado una reivindicación en las redes sociales por una persona que se presenta como el atacante y que se dice inspirada por el Estado Islámico». «La nacionalidad sueca de las víctimas también ha sido mencionada como motivación probable del acto», ha agregado.

Tras lo ocurrido, el gabinete del Gobierno del liberal flamenco Alexander De Croo se ha reunido de emergencia. «Mis condolencias a los familiares de este cobarde ataque en Bruselas. Estoy siguiendo muy de cerca la situación, junto con los ministros de Justicia y del Interior», aseguró en su cuenta de X (antes Twitter) el primer ministro belga. De Croo añadió que las autoridades «están monitorizando la situación» y pidió a la población de la capital belga «que se mantenga alerta». Entretanto, en la vecina Francia, el ministro de Interior, Gérald Darmanin, ordenó reforzar los controles en la frontera común, según BFMTV.

El Centro de Gestión de Crisis también se reunió este lunes tras el suceso, para elevar el nivel de alerta a su máximo (el nivel 4), ante la amenaza «grave» de un nuevo ataque terrorista. El país estuvo más de dos años en el nivel 3 de alerta -sobre una escala de 4- , tras los atentados de París, y vivió uno de sus días más negros con los atentados del metro y del aeropuerto de Bruselas en 2016, que dejaron 35 muertos y más de 300 heridos. El pasado 8 de marzo, la capital belga estuvo en alerta máxima por la amenaza de bomba y el envío de dos cartas advirtiendo de posibles ataques en el metro.