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OLATZ HERNÁNDEZ
Miércoles, 30 de noviembre 2022, 12:58
El intenso trabajo de la Comisión Europea con las autoridades húngaras ha dado resultado. Bruselas ha dado este miércoles su visto bueno al plan de recuperación de Hungría, por el que el país recibirá 5.800 millones de euros. Los desembolsos, sin embargo, estarán sujetos ... a una serie de reformas «clave» en materia de Estado de Derecho e independencia judicial. «Si no se cumplen, no habrá pagos», ha resumido el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. Del mismo modo, la Unión Europea (UE) mantendrá bloqueados otros 7.500 millones que el país debía recibir de los fondos europeos, a través de su mecanismo de condicionalidad.
La opinión favorable de Bruselas supone el primer paso para que Hungría pueda acceder a los fondos de recuperación Next Generation. Con todo, la decisión necesitará de la luz verde de los Veintisiete en la próxima reunión de ministros de Economía y Finanzas del 6 de diciembre. Las reformas e inversiones pactadas con Bruselas «tendrán un impacto positivo en Hungría y su economía», ha insistido Dombrovskis. Se centran en su mayoría en la independencia judicial, que en la actualidad es bastante limitada en el país, un aspecto sobre el que la Unión Europea ya ha alertado en numerosas ocasiones.
El comisario de Justicia, Didier Reynders, ha destacado que se trata de reformas «tangibles y ambiciosas a las que Hungría nunca antes se había comprometido». Bruselas ha pedido que se cree un órgano que vele por la independencia de los jueces, supervisando su labor y dándole una gran capacidad para actuar. También se establece la necesidad de que se garantice la independencia del Tribunal Supremo húngaro y la posibilidad de que los jueces puedan acudir a la Justicia europea, en caso de requerirlo. La Comisión Europea apunta que el acuerdo «está claro», con objetivos vinculantes y ligados a un marco temporal concreto. «Seguiremos muy vigilantes», ha prometido Reynders.
Pero la aprobación del plan de recuperación húngaro no pone fin al pulso del Gobierno de Viktor Orbán y el Ejecutivo comunitario. Bruselas mantiene congelados 7.500 millones de los fondos europeos de cohesión del país a través de su mecanismo de condicionalidad. La Comisión paralizó el desembolso de estos recursos al concluir que las vulneraciones del Estado de Derecho en Hungría ponen en peligro el apropiado uso de estos fondos. El país tenía hasta el 19 de noviembre para cumplir con las 17 «medidas correctivas» que le exigía Bruselas y «no ha cumplido», ha señalado el comisario de Presupuestos, Johannes Hahn.
Con todo, ha destacado que Hungría «está moviéndose en la buena dirección». «Sigue habiendo importantes riesgos, pero estamos dispuestos a aconsejar levantar estas medidas provisionales tan pronto como el país cumpla con sus compromisos», ha apuntado Hahn. De hacerlo, Bruselas dará su visto bueno, que deberá ser aprobado por los Veintisiete con mayoría cualificada.
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