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juan carlos barrena
Berlín
Viernes, 13 de enero 2023, 16:28
Dos de los últimos activistas medioambientales que se oponen al derribo de un pueblo en Alemania para la ampliación de una mina de carbón a cielo abierto resisten bajo tierra. La Policía reconoció hoy que dos jóvenes ecologistas se han hecho fuertes en una galería ... excavada a cuatro metros de profundidad bajo la pequeña localidad de Lüzerath, en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, mientras el resto de los manifestantes han sido expulsados de la población en una operación de desalojo iniciada el pasado miércoles. Varios intentos de obligar a los dos 'mineros' a abandonar su encierro y salir a la superficie han fracasado hasta ahora. El servicio técnico alemán de emergencias THW, especializado en rescates en lugares difíciles, desistió y abandonó la pasada madrugada una operación para conseguir que los dos activistas depusieran su actitud.
«Suponen actualmente el mayor reto» en la operación de desalojo, reconoció un portavoz policial, quien subrayó que la forma de protesta de los dos activistas conlleva sus riesgos, ya que se desconoce la estabilidad de la galería excavada y si el suministro de oxígeno es suficiente. Los dos activistas están en contacto permanente con la Policía, que les ha hecho llegar radiotransmisores para facilitar la comunicación. Una portavoz del movimiento 'Lüzerath vive', la organización de las protestas para evitar que el pequeño pueblo sea arrasado, aseguró que los dos jóvenes han actuado de manera consciente y están preparados para resistir al menos hasta este sábado, cuando está prevista la celebración de una gran manifestación ecologista contra la explotación de carbón a cielo abierto en la región en la que está previsto que participe la activista climática sueca Greta Thunberg, que hizo este viernes una breve visita sorpresa al pueblo ya semiderribado.
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La joven sueca acudió a Lüzerath acompañada por Luisa Neubauer, líder del movimiento juvenil alemán 'Fridays for Future', con la que pudo pasear entre las ruinas de la localidad. Ante las cámaras de televisión de numerosas cadenas mostró un cartel con el texto 'Keep it in the ground' ('dejadlo bajo tierra', en referencia al carbón) y posó ante el borde de la enorme excavación a cielo abierto. «Cuando gobiernos y consorcios destruyen el medio ambiente, la gente planta resistencia. Mañana volveremos a encontrarnos para demostrar nuestro apoyo a los activistas». Tras admitir que la operación de desalojo de la Policía ha sido más rápida de lo esperado, la portavoz del movimiento 'Lüzerath vive' advirtió de que habrá una respuesta clara al desalojo de la pequeña localidad por parte de los activistas climáticos.
«Ellos nos quitan el pueblo, nosotros les quitaremos la mina a cielo abierto», afirmó la portavoz, para comentar seguidamente que las fuerzas policiales no están preparadas para detener a las miles de personas que se espera participen en la manifestación de mañana si se deciden a invadir en masa «el mayor agujero de porquería de Europa», en referencia a los terrenos donde la compañía energética RWE extrae carbón. Mientras, otro pequeño grupo de participantes en la protesta contra el derribo de Lützerath, no más de 20 personas, resisten también sobre el tejado de la última casa ocupada y sobre varias construcciones elevadas en árboles que se encuentran asediadas por agentes antidisturbios. A la vez, varias excavadoras proceden al derribo de los restantes edificios y las construcciones provisionales levantadas por los manifestantes para dejar asolada la localidad lo antes posible. No hay actividad de derribo, sin embargo, cerca del agujero que conduce a la galería subterránea en la que se han hecho fuertes los dos jóvenes por temor a provocar corrimientos o desprendimientos de tierra que pudieran amenazar sus vidas.
Más de un millar de policías antidisturbios participan desde hace tres días en la operación para desalojar la pequeña población, en la que hasta hace un año vivían 19 personas y que se encontraba vacía al inicio de las protestas. Unos 400 activistas han sido desalojados hasta ahora, la mayoría de ellos tras deponer voluntariamente su actitud, aunque una parte de ellos fue retirado por la fuerza. El ministro de Interior del estado de Renania del Norte-Westfalia, Herbert Reul, se mostró esperanzado de que la joven Greta Thunberg contribuya a desescalar la situación en Lüzerath y en torno a la mina a cielo abierto de Garzweiler. «En Renania del Norte-Westfalia está permitido manifestarse a todo el mundo, también a la señorita Thunberg llegada desde el extranjero. Espero que se ocupe de que los activistas se mantengan pacíficos y de que respeten las reglas», dijo Reul.
Entretanto, más de dos mil afiliados al partido de Los Verdes han exigido el fin de la operación de desalojo en una carta abierta dirigida a sus correligionarios Mona Neubauer, ministra de Economía en el Gobierno de Düsseldorf, y Robert Habeck, titular de la misma cartera en el Ejecutivo federal. Titulada 'No traicionar los valores verdes fundamentales: Lüzerath debe conservarse' subraya que «el acuerdo alcanzado en otoño con la empresa energética RWE amenaza con acabar con los fundamentos de nuestro partido», en referencia al pacto suscrito por el consorcio con los gobiernos de Berlín y Düsseldorf para derribar Lüzerath y excavar el carbón de su subsuelo a cambio de salvar otros cinco pueblos de la región y adelantar a 2030, ocho años antes de lo previsto, el fin de la explotación minera. Los firmantes de la carta acusan a los dos políticos de «atentar contra el acuerdo climático de París y el acuerdo del tripartito de gobierno en Berlín», así como de perder «la última confianza del movimiento de justicia climática».
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