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Mikel Ayestaran
Corresponsal en Jerusalén (Israel)
Lunes, 14 de enero 2019, 21:03
La retirada de Estados Unidos de Siria ha tensado de nuevo la relación entre Recep Tayyip Erdogan y Donald Trump y la lira turca fue la primera víctima, con un descenso de un 1% respecto al dólar, lo que hizo recordar el hundimiento de la ... moneda turca en verano cuando ambos líderes también se enfrentaron por el encarcelamiento de un pastor estadounidense. El presidente estadounidense amenazó en Twitter a Turquía con «devastar» su economía si «atacan a los kurdos», grandes aliados en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), y planteó la creación de una «zona segura» de 30 kilómetros entre turcos y milicianos kurdos para evitar choques. El magnate metido a político no dio detalles de la ubicación o los plazos para establecer esta línea, ni tampoco sobre quién se encargará de supervisarla. Ambos dirigentes hablaron por teléfono al final de la tarde para intentar acercar posturas y perfilar los detalles de esta «zona tapón».
Las autoridades de Ankara consideran a los kurdos de Siria «terroristas» por los vínculos entre las Unidades de Protección Popular (YPG) y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el ministro de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, aseguró que no les «intimidará ninguna amenaza». «Las amenazas económicas no conducen a nada», añadió. El jefe de la diplomacia turca recordó a Trump que los dos países son aliados en la OTAN y le envió un mensaje directo para aclararle que «los socios estratégicos no hablan a través de Twitter», el medio al que recurre cada día el inquilino de la Casa Blanca para hacer públicas decisiones tan importantes como la de la retirada de sus 2.000 soldados del noreste de Siria.
EE UU se va y por eso los kurdos intensifican sus contactos con el Gobierno de Damasco, única alternativa para intentar frenar la operación militar de Erdogan. El secretario de Estado, Mike Pompeo, afirmó que continúan las conversaciones con todas las partes interesadas para crear la «zona de seguridad» o «zona tapón» anunciada por Trump, pero tampoco aportó detalles sobre un tema tan sensible. «Queremos asegurarnos de que aquellos que lucharon junto a nosotros para destruir al califato y al EI se beneficien de la seguridad y que los terroristas que operan desde Siria no logren atacar a Turquía», señaló Pompeo, pero sus palabras no tranquilizan a unos turcos que ya han lanzado dos operaciones militares para alejar a los kurdos de su frontera y que preparan una tercera.
Esta frontera con Turquía es la única que permanece fuera del control de Damasco y durante los primeros años de guerra fue una especie de autopista para combatientes llegados de todo el mundo que querían unirse a la yihad contra el presidente Bashar el-Asad. El gran problema para Erdogan ha sido el fortalecimiento de unos kurdos que, como ocurrió en Irak, se han convertido en el gran aliado de Washington.
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