España traslada al embajador ruso el rechazo por la decisión de Putin

«Estaríamos ante un hecho histórico, sin precedentes en las últimas décadas», reconoció Albares, subrayando que esta crisis «puede marcar un antes y un después para todos nosotros» y constituye «la mayor amenaza para la seguridad de Europa de las últimas décadas» debido al que es «muy posiblemente el mayor despliegue militar desde la Segunda Guerra Mundial». En este contexto, «España no puede no implicarse», defendió el ministro, ya que «una agresión militar constituiría una gravísima violación de la legalidad internacional de imprevisibles consecuencias».

Albares explicó a los diputados los distintos contactos y gestiones que ha venido realizando en las últimas semanas, incluido su viaje a Kiev del 9 de febrero y la convocatoria este miércoles en Exteriores del embajador ruso. Según indicó, le trasladó el «rechazo de España a las acciones unilaterales y contrarias al Derecho Internacional que está llevando a cabo su Gobierno». Varios países europeos ya procedieron la víspera a convocar a los embajadores o encargados de negocios de Rusia en sus respectivas capitales en protesta por la decisión de Putin.

Por otra parte, el titular de Exteriores apeló a los distintos grupos parlamentarios a la unidad en esta cuestión. «Espero que logremos alcanzar una posición unida en defensa de la paz y la legalidad internacional», confió, esgrimiendo que lo que está en juego es la integridad territorial y la soberanía de un país, lo cual constituye la «clave de bóveda» del sistema internacional que tanto esfuerzo constó forjar.

La Embajada de Ucrania en España ha pedido al Gobierno más compromisos bilaterales y, dado que «las declaraciones no protegen de las balas», ha reclamado el envío de armas y equipo de protección con los que poder responder con mayor eficacia a la «agresión» emprendida por Rusia.

El encargado de negocios ucraniano, Dmytro Matiuschenko, manifestó en una entrevista a Europa Press que «es hora de actuar» y pasar de las palabras a una «ayuda práctica», en un mensaje que extiende en general a todos los países aliados y, en lo particular, a España. Sánchez trasladó personalmente el apoyo español al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, cuando ambos coincidieron a mediados de diciembre en una cumbre en Bruselas y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, viajó este mes a Kiev con un mensaje similar.

Matiuschenko agradeció que España mantenga una «postura firme» de apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, «Crimea incluida», pero considera que «hemos llegado al momento en que las declaraciones no son suficientes». Cree que España puede hacer más para reforzar las capacidades defensivas de Ucrania y avanzar en otros aspectos «que podrían salvar la vida de la agente». En este sentido, ha recordado que varios países ya han enviado ayuda militar.

Matiuschenko, máximo representante de Ucrania en España en ausencia del embajador, que se encuentra fuera del país, puso sobre la mesa la posibilidad de enviar material defensivo, municiones, chalecos antibalas y cascos. Asimismo, ve margen para seguir progresando en otra ayuda «de índole más humanitaria», como por ejemplo elementos para el desminado, y en fórmulas que permitan garantizar la «estabilidad macrofinanciera» de Ucrania.