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caroline conejero
Martes, 5 de enero 2021, 23:27
Jugar al golf en su exclusivo resort Turnberry en Escocia para evitar así asistir a la toma de posesión de Joe Biden en Washington el 20 de enero se le presenta a Donald Trump como el plan de escapatoria perfecto. Según el 'Sunday Post' fuentes ... del aeropuerto de Prestwick señalaron que los aviones de vigilancia de EE UU han permanecido allí una semana y existe una reserva para el 19 de enero de una «versión militar estadounidense del Boeing 757».
El avión es el que normalmente traslada al vicepresidente, aunque la primera dama lo usa con más frecuencia. La Casa Blanca guarda silencio ante las revelaciones, pero quien sí ha salido al paso y ha recordado al mandatario la prohibición de viajar al país durante el confinamiento ha sido la propia ministra principal, Nicola Sturgeon.
La líder escocesa anunció este lunes que no se permitirá a Trump ingresar en su territorio debido a las nuevas medidas de prohibición de viajar impuestas a causa de la pandemia, y precisamente reforzadas en las últimas horas por el avance la nueva cepa del coronavirus, mucho más contagiosa. Sturgeon recordó que es «ilegal» entrar o salir del país sin una razón válida y, obviamente, viajar para jugar al golf no sería considerado un propósito esencial.
En todo caso, la mandataria dijo desconocer los planes de Trump mientras la Casa Blanca no desmintió que Trump podría estar estudiando un viaje al complejo de golf Turnberry aunque, según su propia página web, está cerrado hasta el 5 de febrero debido a las reglas de confinamiento. Hasta ahora los portavoces del presidente estadounidense han rechazado rotundamente confirmar si acudirá finalmente a la investidura de Joe Biden.
Emplazado en una situación engorrosa por el presidente y la guerra interna de los republicanos, el Congreso celebra este miércoles en Washington la confirmación de los resultados del Colegio Electoral que otorgaron la victoria a Biden en las elecciones. La sesión conjunta, que en realidad no pasa de una pura formalidad, se ha convertido en la «última trinchera» de Trump, quien el lunes en la campaña de Georgia al Senado aseguró «luchará como el infierno» para mantenerse en el poder.
La presión y manipulación del inquilino actual de la Casa Blanca han fracturado al Partido Republicano. Por un lado están los que aceptan la victoria de Biden, pero no se atreven a decirlo en público y, por otro, el clan de los incondicionales de Trump, el grupo de sedición encabezada por el senador Ted Cruz para objetar la confirmación con un plante delirante y vergonzoso en esa sesión del Congreso. Junto a la 'Docena de los Sucios', como se les conoce, más de 100 congresistas conservadores apoyan la moción. Un plante que intenta revocar los resultados no favorables al presidente Trump, mientras sí reconoce los que permiten a los nuevos miembros de la Cámara votar este miércoles.
Mientras tanto, el liderazgo republicano de Mitch McConnell se distancia de Trump y ha instruido a los legisladores a abstenerse de problemas, en espera de los resultados de las cruciales elecciones del martes en Georgia. Los dos escaños decidirán si McConnell mantiene su poder como «guadaña del Senado» contra las reformas de la Administración Biden.
El vicepresidente Mike Pence, como informó su oficina, tiene previsto presidir la sesión de certificación del Colegio Electoral para confirmar la victoria de Biden, y en contra del intento de Trump de anular el resultado. La figura del 'número dos' ofrecerá credibilidad al proceso político y, en todo caso, de paso al ahora devaluado Partido Republicano.
Pero en una demonstración de poder en apoyo a Trump y a fin de intimidar al Congreso, cientos de seguidores de grupos de extrema derecha se congregaron el martes en Washington. Los extremistas instaban en los foros de Internet a portar armas en las protestas que tienen previsto celebrar este miércoles, pese a que es algo ilegal en el Distrito de Columbia. Por eso, en previsión de posibles disturbios, permanece desplegada la Guardia Nacional.
Entretanto, el Gobierno iraní emitió el martes una orden de arresto contra el propio Trump a la Interpol, a quien acusa del asesinato del general de la Guardia Revolucionaria, Qasem Suleimán, el 3 de enero del 2020. La «notificación roja» solicita el arresto también de otros 47 funcionarios de la Administración estadounidense. Sin embargo, aún está claro cuál será la decisión final del organismo policial internacional que ya en junio rechazó otra solicitud similar.
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