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Mikel Ayestaran
Jerusalén
Lunes, 22 de octubre 2018, 00:07
Recep Tayyip Erdogan desvelará «todos los detalles» de la investigación turca sobre la muerte de Jamal Khashoggi. Arabia Saudí admitió el viernes que este periodista crítico con la casa real murió el día 2 en el interior de su Consulado en Estambul como consecuencia de « ... una pelea», en un anuncio tan significativo como importantes son las incógnitas que continúan sin aclararse. El cuerpo del colaborador de 'The Washington Post' que vivía desde hace un año autoexiliado en EE UU sigue sin aparecer. «No sabemos dónde se encuentra» el cadáver, declaró a la cadena Fox el ministro de Exteriores saudí, Adel al-Jubeir.
La comunidad internacional aumenta su presión sobre Riad y Reino Unido, Francia y Alemania firmaron una declaración conjunta en la que insistieron en «una necesidad urgente de aclaración» sobre las circunstancias de la muerte «inaceptable» del periodista.
«Estamos buscando que se haga justicia», clamó este domingo el presidente turco. Sus equipos de expertos analizan las pruebas recogidas en el Consulado de Arabia Saudí, la residencia consular y el bosque de Belgrado, cercano a Estambul. «¿Por qué las 15 personas? ¿Por qué 18 fueron arrestadas? ¿De quién está hablando el mundo ahora?», fueron algunas preguntas que lanzó Erdogan y que responderá este martes para ofrecer la versión turca de los hechos que han causado una conmoción mundial y una inaudita convulsión en el seno de la casa real de Arabia Saudí.
Erdogan aprovechará este martes un acto de su partido, el AKP, en el Parlamento de Ankara para revelar lo que definió como «la cruda realidad», en abierto desafío al relato oficial de la monarquía del Golfo. Desde el primer día de la desaparición de Khashoggi, fuentes turcas han realizado filtraciones a la prensa y, frente a una primera versión saudí que defendía que el periodista llegó a salir vivo del edificio el día 2, revelaron la existencia de grabaciones de audio y vídeo que confirman que fue asesinado de forma salvaje.
Una fuente anónima desveló al portal Middle East Eye que los autores del crimen «se llevaron una parte del cuerpo a Riad» y culpó directamente a Maher Abdulaziz Mutreb -miembro de la guardia personal del príncipe heredero Mohamed bin Salman (MBS) y acompañante frecuente del futuro rey en sus viajes- de ser el encargado de sacar del país el cadáver del periodista, o al menos algunas partes, en una gran maleta con la que abandonó Estambul la tarde del día 2. Sin ser registrados ni él ni su equipaje porque Mutreb viaja con pasaporte diplomático.
Y aquel día, a las 18:20 horas, parecía inquieto. Mutreb fue reclutado para la misión por la Inteligencia saudí, en un supuesto plan para llevar de vuelta a casa al periodista crítico con el régimen. A tal fin, se habría buscado incluir en el equipo de 15 personas que viajó a Estambul a alguien que conociera a Khashoggi. Y Mutreb trabajó con él hace años en la Embajada de Riad en Londres. Eso justificaría la presencia en la ciudad turca de alguien tan cercano al heredero al trono.
A la vez que admitió la noche del viernes la muerte de Khashoggi, Riad anunció el arresto de 18 personas vinculadas con el caso y anunció la destitución del número dos de la Inteligencia del país, el general Ahmed al-Asiri, y de un importante consejero de la corte real, Saud al-Qahtani, ambos también cercanos colaboradores de MBS. Aunque todas las miradas apuntan al futuro monarca como principal sospechoso de ordenar el asesinato, su padre, Salmán, acaba de poner ahora en sus manos la misión de reestructurar los servicios de Inteligencia, a los que el reino considera únicos responsables de «esta terrible tragedia», según el ministro de Exteriores, Al-Jubeir, que se refirió también al crimen como «un error».
Después de casi tres semanas de silencio, fuentes saudíes anónimas comenzaron también a realizar por primera vez filtraciones a los medios sobre lo sucedido el día 2 en el interior del Consulado. Según reveló un alto cargo del Gobierno a la agencia Reuters, los cambios en la versión oficial se debieron a que «en un principio se facilitó información falsa a las autoridades». Esta fuente señaló que el equipo de 15 personas enviado desde Riad amenazó al periodista con «drogarle y secuestrarle», pero las cosas se torcieron desde el primer momento, recurrieron a la violencia y, como Khashoggi opuso resistencia, «le estrangularon».
La comunidad internacional asiste con enorme preocupación a todas estas revelaciones, condena el asesinato y reclama su total esclarecimiento. La canciller alemana, Angela Merkel, se está pronunciando estos días con particular claridad. «Primero, condenamos este acto en los términos más contundentes. Segundo, hay una necesidad urgente de aclarar lo sucedido y todavía estamos muy lejos de saberlo. En lo que respecta a las exportaciones de armas, estas no pueden ocurrir en las presentes circunstancias», dijo en un acto de su partido, la CDU.
Reino Unido, Francia y Alemania emitieron un comunicado conjunto en el que tachan de «injustificable» el asesinato de Khashoggi y exigen una «aclaración urgente de lo sucedido exactamente» con el columnista. Piden además a Riad que cualquier conclusión de la investigación interna del reino «sea respaldada por hechos».
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