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rafael m. mañueco
Corresponsal. Moscú
Jueves, 8 de abril 2021, 19:56
Acuciada por el clamor general en la Unión Europea por hacerse con la vacuna rusa, la Spútnik V, expertos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) llegan este fin de semana a Moscú, en donde visitarán el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaleya de ... Moscú. En esta institución fue creado el fármaco ruso y allí se llevaron a cabo todas las fases de los ensayos clínicos. La tarea de la EMA consiste en hacer una evaluación que permita lo antes posible homologar la Spútnik V para su uso en la UE.
Y es que a la lentitud con la que se está llevando a cabo en Europa la campaña de vacunación, al llegar las dosis con cuentagotas, se une ahora el parón que ha sufrido la vacuna AztraZeneca en varios países, España incluida. Se da además la circunstancia de que esta situación ha llevado a que estados como Hungría, Eslovaquia, República Checa, Austria y ahora también Alemania vayan por su cuenta. Italia y Grecia también se han mostrado favorables a la vacuna rusa, así como algunas comunidades autónomas españolas.
Así que, en este contexto, la EMA, que hasta ahora ha estado muy reticente con la Spútnik V y se ha tomado la tarea de autorizarla con mucha calma, se encuentra bajo una fuerte presión. Solamente Francia coincide con el regulador europeo en la necesidad de actuar con máxima reserva.
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Pero, ante la posibilidad de que la EMA no apruebe el antídoto ruso hasta junio, el director del Centro Gamaleya, Alexánder Guíntsburg, ha lamentado que para entonces al mercado europeo ya estará invadido por vacunas como Pfizer, Jansen, Moderna y AstraZeneca. «En junio ya no será tan necesaria la Spútnik V», declaró Guíntsburg esta semana. En el Centro Gamaleya predomina la idea de que la EMA está tardando tanto en autorizar su medicamento para no crear competencia a las vacunas europeas.
La publicación científica británica The Lancet calificó la Spútnik V de «segura» y confirmó que su efectividad es del 91,6 por ciento, la declarada por el Centro Gamaleya. Es equiparable, por tanto, a la Pfizer (95% de efectividad) y a la Moderna (94,1%), pero superior a la AstraZeneca (79%) y al resto de las disponibles. El medicamento ruso para inmunizar contra la Covid-19 fue el primero en registrarse en el mundo, en agosto del año pasado. Actualmente, son ya 56 los países en donde ha sido autorizado su uso, entre ellos Argentina, México, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Argelia, Egipto, Irán, Marruecos, Montenegro, Hungría y Eslovaquia.
Sin embargo, la rapidez con la que se desarrolló la Spútnik V, habiéndose registrado en Rusia sin haber concluido previamente todas las fases de los ensayos, y la falta de transparencia contribuyeron a generar desconfianza hacia la vacuna. No obstante, Denís Logunov, director adjunto del Centro Gamaleya, aseguró en julio del año pasado que, cuando decidieron acometer la tarea de lograr la inmunización contra la Covid-19, contra el virus SARS-CoV-2, ya tenían adquirida la experiencia de haber preparado una vacuna contra el virus causante del síndrome respiratorios de Oriente Medio (MERS), cuya propagación tuvo lugar durante 2012 y 2013.
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Melchor Sáiz-Pardo
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Según Logunov, «cuando apareció el nuevo coronavirus, el hermano más cercano de los virus del grupo beta, no tuvimos ninguna duda de qué hacer y cómo (...) nos limitamos a copiar y pegar en el sentido literal (...) tardamos 14 días en conseguir la vacuna». Pese a sus explicaciones, en contra del medicamente ruso juegan en su contra otros factores: el actual posicionamiento geopolítico del Kremlin, inmerso en una nueva confrontación con Occidente, la concentración de tropas rusas junto a la frontera con Ucrania y el envenenamiento del principal adversario de Putin, Alexéi Navalni.
El Fondo Ruso de Inversiones Directas (RFPI), que dirige Kirill Dmítriev, es la organización que se ha encargado de financiar la vacuna y ahora de comercializarla fuera de Rusia. Una vez que la EMA apruebe el uso de la Spútnik V en la UE, sostiene Dmítriev, «podremos suministrar a la Unión Europea suficiente medicamento para vacunar a 50 millones de personas».
Si todo va según lo previsto, el director del RFPI vaticina una cifra de negocio de más de 20.400 millones de euros, cantidad que casi doblaría la obtenida por Rusia en las exportaciones de armas en 2020 (unos 11.000 millones de euros), reporta el diario Niezavísimaya Gazeta, según cuyos cálculos, el precio de cada dosis saldría a 8,5 euros. Mucho más barata que, por ejemplo, la de Moderna que se acerca a los 20 dólares por dosis. La Spútnik V se produce actualmente en Bielorrusia, Kazajstán, India y Corea del Sur, estos dos últimos países lo hacen para enviar en su mayor parte a Rusia, para que pueda vacunar a su propia población.
Según Dmítriev, el pasado 19 de enero, presentaron a la EMA una petición para una «consulta científica sobre la vacuna» y, el 29 de enero, otra solicitud para el registro del medicamento (...) tal procedimiento marcó el comienzo del proceso de envío de información a la EMA para acometer la revisión continua«. Sin embargo, el organismo europeo escribió en Twitter el 10 de febrero asegurando no haber recibido »solicitud alguna para efectuar una revisión continua o autorización para comercializar la vacuna Spútnik V, pese a las informaciones que señalan lo contrario«.
Más tarde, el 4 de abril, la EMA anunció que la vacuna rusa se encontraba ya en fase de «evaluación continua», lo que suponía el primer paso en el camino hacia su autorización y comercialización. Ahora en Rusia esperan como agua de mayo a los especialistas del regulador europeo para dar un empujón definitivo que acerque la Spútnik V a los usuarios de la UE.
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