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colpisa/afp
Viernes, 9 de octubre 2020, 01:29
El Gobierno de Estados Unidos impuso este jueves sanciones drásticas al sector bancario de Irán, dando así un nuevo e importante paso para paralizar la economía del país y pocas semanas antes de las elecciones presidenciales en las que Donald Trump busca la reelección. En ... concreto, el Departamento del Tesoro sancionó a 18 grandes entidades, lo que podría aislar en gran medida a dicho país de 80 millones de habitantes del sistema financiero mundial, justo cuando trata de hacer frente a la pandemia de covid-19.
Sin embargo, la Casa Blanca no enumeró acusaciones específicas contra la mayoría de los bancos, sino que declaró de manera general que todo el sector financiero iraní podría ser utilizado para apoyar el controvertido programa nuclear de Teherán y su «maligna influencia regional». «Nuestros programas de sanciones continuarán hasta que Irán deje de apoyar actividades terroristas y ponga fin a sus programas nucleares», dijo en un comunicado el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Mediante esta estrategia, se «detendría el acceso ilícito a los dólares estadounidenses», argumento. En cualquier caso, el Departamento del Tesoro eximió a las transacciones de bienes humanitarios como alimentos y medicinas. Pero era pequeña concesión no aplacó las críticas desde Teherán. «En plena pandemia, el régimen estadounidense quiere destruir nuestros últimos canales para pagar nuestras necesidades básicas», denunció el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, en Twitter.
«Los iraníes sobrevivirán a esta última crueldad, pero conspirar para que un pueblo sufra hambre es un crimen contra la humanidad», añadió. En una línea parecida. Para la analista Barbara Slavin, del centro de estudios Atlantic Council, «estas sanciones son sadismo disfrazado de política exterior». «No pondrán de rodillas al Gobierno iraní, pero debilitarán a la gente común (y) alentarán el mercado negro», señaló.
Por su parte, varios diplomáticos europeos consideran que las sanciones de Estados Unidos tienen consecuencias humanitarias nefastas, ya que pocas instituciones de otros países están dispuestas a asumir los riesgos de una eventual acción judicial en la mayor economía del mundo si tratan con Irán.
Pese a las críticas, el Departamento de Estado insistió en sus tesis. «Nuestras sanciones están dirigidas contra el régimen y sus corruptos dirigentes que usaron la riqueza del pueblo iraní para alimentar un causa radical y revolucionaria que ha llevado incontables sufrimientos a Oriente Medio y más allá», señaló el secretario de Estado Mike Pompeo.
El Ejecutivo estadounidense hará efectivas las sanciones en 45 días, dando a las compañías tiempo para cerrar las transacciones en Irán. Además, el plazo probablemente dará la oportunidad a quienes negocian con este país de ver antes el resultado de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre. Las encuestas muestran que Trump va a la zaga del demócrata Joe Biden, quien apoya el retorno a la diplomacia con Teherán.
El controvertido mandatario norteamericano ha seguido una política de «máxima presión» destinada a controlar a Irán, el archirrival de los aliados de Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel. Se movilizó en particular para detener todas las exportaciones de petróleo iraní, ignorando con ello un acuerdo negociado con el expresidente Barack Obama a través del cual Irán redujo su programa nuclear.
En 2018, Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo internacional sobre la cuestión nuclear iraní, considerando que su texto es insuficiente para impedir que Teherán se dote de armas nucleares. También buscaba terminar con el comportamiento «desestabilizador» de Irán en Medio Oriente, por lo que la Casa Blanca restableció y endureció las sanciones estadounidenses levantadas en 2015.
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